Traidores

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*Sasuke*

La tarde había transcurrido rápidamente hasta dar paso a la caridad de la noche.

Durante el día Sakura había mencionado hacer grandes progresos en el virus, se veía motivada. Ahora sé que ella desea tanto como yo acabar con la serpiente, y aunque no tengo muy claras sus razones, no las necesito.

Era agradable sentir que Sakura estaba de mi lado, estábamos bajo el mismo objetivo. Sakura y Sasuke. Juntos. Que bien sonaba la idea. Quizá si retorcía lo suficiente podría hacer de esto un hecho perdurable.

Avancé sin dolor hasta su alcoba, quizá el mero hecho de saber que estaría con ella, que ella es prácticamente mía, sanaba todas mis heridas.

Al abrir la puerta ella estaba sentada con sus piernas en un moño, mirando con esos enormes ojos jades, expectante.

Me senté a su lado y ella rápidamente me abrazo, poniendo su cabeza sobre mi pecho justo como en la madrugada, emanaba un olor tan exquisito que terminó dejándome sin habla.

No. Fue más que eso. Hacía tanto que nadie me abrazaba. Que alguien tuviera el deseo de hacerlo, que me desconcertó; no era la primera vez que lo hacía, pero es que en ella se sentía tan correcto, era casi como si todos los sucesos de mi vida, por más desgraciados o fortuitos que fueran, me trajeran a este momento. Mi vida entera solo para poder compartir un abrazo con otra alma desdichada, rota, ensombrecida por las mismas personas, y al final, todo eso estaba bien.

Por que Sakura era mi santuario, mi resguardo personal. Increíblemente se volvió la persona a la que más necesito. La persona que anhelo y que, ¡maldita sea! , no tendré más, pues después de que esto terminé, debo cumplir lo que dije y desaparecer de su vida.

Lo peor era, que el tiempo jugaba en mi contra, todo esto pronto llegaría a su fin, así que...

—Si te molesta que te abrace, dilo. Es que extrañaba mucho tus visitas nocturnas.

He de disfrutar lo más posible los momentos que me quedan.

—No me molesta, de hecho, se siente bien sentirte así.

Terminé el abrazo encerrándola en una acogedora señal de afecto. Sólo está noche, no diría nada, bastaba con compartir el mismo espacio.

*Neji*

Había cometido un error. No, un error no.
Había destruido todas mis oportunidades, él me matará. Él al menos lo intentará, y después de él tenía encima a la familia Hyuga, a mi benefactor y a media ciudad de Konoha.

Todo por un desliz, un momento de euforia e ira, que me hizo quebrar el objetivo incorrecto.

¡Maldición, Hinata se metió en mis planes otra vez! 

No es que no quisiera lastimarla, sólo que este no era el día. Para ella tenía planeado algo más letal, y a su padre Hiashi, el regalo especial que Sakura había hecho para mí, pero la niña se metió en mi camino y ahora ella estaba en el hospital mientras yo aún no podía salir del enorme laberinto que es la casa Hyuga, pues es seguro que fuera estaría esperándome una ráfaga de balas.

Por ahora mi única oportunidad eran los pasillos subterráneos de la casa, corría sin cesar tratando de encontrar a Yugao, ella estaba con los esclavos esperando a que yo les abriera la puerta, no era la idea inicial, pero con ellos podríamos salir de aquí. 

Doble en la esquina izquierda encontrando a la chica de cabello morado.

—Haz tu magia, galán. 

Respire hondo y cerré los ojos. Al abrirlos un aura diferente emanaba desde mi mirada, y sobre la palma de mi  mano sobresalían unos destellos. Golpee la puerta haciendo uso del puño suave logrando que la energía se dispersara y fuera abriendo varios cerrojos; al final se desbloqueó un lector de retina, de la rama principal, por supuesto, hasta aquí llegamos, esto no lo predecí y mis ojos no pasarán. 

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⏰ Última actualización: Aug 18, 2023 ⏰

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En manos de un terrorista (historia Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora