En manos de un terrorista (historia Sasusaku)

Yo no soy una asesina

Continúe mirando fijamente a Uchiha sin poder reaccionar, pero él no tuvo problema en levantarse y darme la espalda, por un momento pensé que me iba a dejar sola y que podría procesar todo lo que estaba pasando, pero no.

Lo que hizo (y debo admitir que me sorprendió) fue un poco mas atento y amable de lo que habría esperado de alguien como él.

Cuando volteó hacia mí y se agachó a mi altura me puso un vaso con agua (literalmente) frente a la cara.

—Bebe.

Mostré amagos de querer negar con la cabeza pero interrumpió mi gesto.

—Llevas poco más de 17 horas inconsciente, te necesito hidratada y bien despierta.

No creo que tenga otra opción, acerque mis labios a el vaso y él lo inclinó para que pudiera alcanzar el agua "Es todo un caballero" Sarcasmo otra vez, algún día lo dejare, algún día.
El agua sabía a salida de la llave, creo que podía sentir los microbios y las bacterias pasar por mi garganta, aunque claro, ahora tenía mayores problemas; Cuando comencé a alejarme del vaso (sin haber terminado de beber el agua) Sasuke alejó el vaso de mí y lo puso en el suelo. Él se levanto y se sentó en una silla que había frente a mí, descanso su rostro en su mano izquierda, y el brazo de esta en su pierna izquierda.

Yo aún tenía un poco de agua en la boca (me estaba costando trabajo tragarla sabiendo que tal vez enfermaría) cuando dijo sin ninguna molestia:

—Necesito que crees un arma biológica para mí.

Casi se me sale el agua por la nariz, y aunque logre evitarlo unas gotas se escaparon por mis labios, él soltó una risita.

¿Cómo podía pedirme algo así? ¿Cómo podía hacerlo con tanta facilidad? No es como pedirle una taza de azúcar al vecino.

Tragué el agua con fuerza totalmente decidida, le iba a contestar y dejarle perfectamente claro que no lo haría. En serio, lo juro, esa era mi intención, contestar NO.

Pero en vez de eso de mi boca sólo salió un apenas audible balbuceó.

—¿Qué? N-no, yo.. ¿Por...? ¿Po-orqué?

—No te interesa el porque, sólo haz lo que te pido.

No fue grosero, sino más bien muy directo, y su voz gruesa sonó algo ruda, lo que hizo que involuntariamente mi cuerpo diera un brinquito del susto, en definitiva prefería al Sasuke que se burlaba de mi que el que me daba miedo.

—No —Sonaba mas a una sugerencia que a una afirmación, pero aun así esperaba que el mensaje le llegara— No puedo, no quiero, no lo haré. No para alguien... Co-mo... Tú.

Lo que dije lo molestó, lo sé, era algo obvio. Sus ojos lo gritaban, su ceño fruncido y el pequeño sonido disgustado que salió de su boca también me lo decían. Esto no era bueno, no para mí.
Suspiró frustrado y se masajeo el centro de su frente pasando los dedos por sus cejas.

—¿Porqué siempre lo hacen tan difícil?— Me miró y juro que de ser posible me habría matado con la mirada. Oh cielos, alguien por favor, ayúdeme— ¿Ves esa puerta de allá? —Señaló hacia la derecha y yo seguí su mano, ahí estaba la puerta, era metálica— Dentro de ese cuarto tengo muchos de estos —Sacó un cuchillo, muy grande y parecía demasiado filoso para mi gusto— De muchos tamaños y de muchas formas —Sin dejar su silla se inclinó hacia mí, y dijo con voz sepulcral— Haz lo que te digo. Sería una lástima que algo le pasara a esa bella carita tuya.

Admito que lo que dijo y como lo dijo me recorrió la espalda en forma de un escalofrío (esta vez él no parecía divertido), pero aun así mi respuesta era definitiva. Yo jamás haría algo que lastimara a alguien más.