˚ ༘₊· ͟͟͞͞꒰➳𝐉𝐔𝐒𝐓 𝐀 𝐋𝐈𝐓𝐓𝐋𝐄 𝐋𝐎𝐕𝐄「 ᵇᵒʷᵘᶤᵍᶤ 」

Todos tenemos días malos

Hola a todos y gracias por entrar a leer y darle una oportunidad a este pequeño fanfic.
Ya llevo prácticamente 4 años como lectora de Wattpad y por fin me animé a escribir una historia, motivada por este shipp un poco extraño y particular
Cabe aclarar que no suelo escribir mucho, por lo tanto no esperen una redacción muy profesional de mi parte y de antemano disculparme por si en algún momento no se llega a entender algo.
También aviso que en este fanfic Bowser mide 1.90 y Luigi 1.70, ya saben, hablando del tema anatómicamente posible.
Les agradezco a todos una vez más y sin más que decir pueden continuar con su lectura tranquilamente.
Espero que lo disfruten tanto como yo lo hice escribiendola.

El fontanero se encontraba en ese lugar inusual para él. Aunque a primera vista no había mucho que ver, sus ojos azules, llenos de curiosidad y una viveza inesperada, observaron detalladamente cada rincón, cada grieta, cada sombra que se escondía en los espacios olvidados. Buscaba algo, aunque ni él mismo estaba seguro de qué.

Lo que encontró fue un espacio bastante sencillo, casi espartano. Unas cuantas bancas de madera gastada se alineaban cercanas a la barra, creando un sentido de orden y estructura en medio del caos. Las paredes grises, veteadas por el tiempo y la humedad, parecían contener historias silenciosas que solo podrían ser desentrañadas por un ojo entrenado. Algunos cuadros antiguos colgaban desganados, los colores de sus imágenes ya habían perdido su vitalidad, pero en su lugar, habían adquirido una patina de nostalgia que de alguna manera, agregaba un encanto añejo al conjunto.

La mirada del castaño, antes tan concentrada en los detalles técnicos de su profesión, ahora recorría el espacio con una lentitud inusual, como si estuviera tratando de absorber y apreciar cada rincón del lugar. No encontró grandes detalles o lujos que resaltar, pero eso no disminuyó el interés que le había surgido.

Para él, esto era algo nuevo, una experiencia totalmente ajena a lo que estaba acostumbrado. En un comienzo, había presentado cierta resistencia, incluso cierto recelo. Pero finalmente se rindió ante la idea tentadora de liberarse temporalmente de sus intrusivos pensamientos, esos que le habían estado atormentando durante esas últimas semanas. El entorno, aunque simple, le ofrecía una especie de refugio, un escape momentáneo del torrente constante de preocupaciones y responsabilidades que llevaba a cuestas como su inseparable caja de herramientas.

Luigi siempre se había autodefinido como una persona propensa a pensar en exceso, sumergiéndose en un mar de reflexiones que, desafortunadamente, no se distinguían por su positividad. Cada vez que su mente se adentraba en un laberinto de pensamientos, se encontraba rodeado de temores, preocupaciones y escenarios negativos. Era como si su cabeza fuera un nido de inseguridades y ansiedades.

Este enfoque pesimista y autoexigente había llevado a Luigi a ganarse el apodo de "el hermano pesimista", en un claro contraste con su gemelo, cuya actitud siempre parecía radiar optimismo y confianza. Mientras su hermano disfrutaba de la vida con una sonrisa en el rostro, Luigi se encontraba atrapado en su propio torbellino de pensamientos negativos.

Desde su inesperada llegada al misterioso y encantador Reino Champiñón, y la espectacular victoria que su hermano Mario logró contra el temible Bowser, el pueblo los había aclamado con ferviente admiración como los héroes más prominentes de la región. El grito unánime de triunfo resonó en cada esquina del reino, y los hermanos se encontraron en medio de una celebración cuyo epicentro eran ellos mismos.

Aunque Luigi, siempre de naturaleza modesta y humilde, consideraba que no merecía tal distinción, ya que su hermano fue quien ejecutó la gran mayoría de las hazañas. Él se veía más como un seguidor que como un líder, y a veces se sentía eclipsado por la sombra de su hermano mayor. Sin embargo, también entendía que cada victoria que Mario lograba era un triunfo para ambos.