NARCISO | Taekook / Omegaverse

24 | Perdóname

– Taehyung nos asesinara – Rio bajito tomando el paraguas que su acompañante traía consigo – Espero ya haya cenado, es muy tarde – Se giro a verlo y sonrió – ¿Arreglaste las cosas con Jimishi?

– Si majestad – Contesto apenado mientras cerraba la puerta de la carroza – Acordamos otra cita – Jeongguk sonrió complacido.

– Excelente, ¿Cuándo es? Ese día no te permitiré trabajar, así no tendrás excusa para dejarlo plantado.

– Es dentro de tres semanas, es el único día donde no está a cargo del orfanato – Jungkook toco su hombro con amabilidad – Gracias majestad.

– Gracias a ti – Estiro el paraguas hacia el y miro el enorme castillo, parecía mas oscuro que de costumbre – Ahora entrare antes de que Taehyung salga a gritarnos, nos vemos mañana – Subió los escalones hasta llegar a la puerta principal, ya ahí volteo de nuevo hacia el alfa y le lanzo un beso.

Eunwoo se sonrojo al instante.

Jungkook entro al castillo retirándose el enorme abrigo que traía, estaba algo mojado por la lluvia. Las mucamas le dieron la bienvenida como siempre.

– ¿Dónde esta Taehyung?

– En su habitación majestad, no a querido cenar – La sonrisa del omega se borro – ¿Quiere que le sirvamos la cena?

– No, no Wheein estoy bien, ve a descansar – La omega asintió, hizo una reverencia y se marchó.

Jungkook miro el oscuro pasillo y suspiro pesadamente, esperaba que el alfa no estuviera enojado con él.

Tanteo el pomo de la puerta y conto hasta tres antes de abrir, la habitación estaba oscura, pero podía ver fácilmente al alfa. Estaba sentando en el sofá que daba hacia la ventana mas grande, con la cabeza recargada en la ventana.

– ¿Se te hizo tarde? – Pregunto con tranquilidad.

– La lluvia nos tomo por sorpresa y decidimos quedarnos hasta que bajara – Explico de la misma manera – ¿Quieres algo de cenar? Puedo servirte yo mismo, no debiste esperarme.

– No tengo hambre – Jeongguk se acercó lentamente hacia él.

– ¿Te sientes bien?

– No.

– ¿Te duele algo? ¿Quieres que vaya por el medico? – Se sentó sobre la cama y junto las rodillas, sin perder de vista al alfa que parecía una estatua.

– Jungkook – Llamo – ¿Me quieres? – El castaño dio un brinco, sonrió nervioso y asintió.

– Claro – Dijo – Muchísimo.

– ¿Por qué?

– ¿Qué?

– ¿Por qué me quieres?

– Tae... – Murmuro – Porque salvaste mi vida.

– Te deje a la suerte – Confeso sombrío – Quien salvo tu vida fue ese doctor.

– Pero tú me encontraste, sin ti hubiera muerto de frio o me hubiera devorado algún animal – Rio seguido del rey.

– Tal vez hubiera sido lo mejor – Jeongguk borro su sonrisa.

– ¿Qué? ¿Por qué dices eso? – El alfa lo miro en silencio, Jungkook se levanto de la cama y camino hacia él – Taehyung, ¿Qué pasa?

– ¿Sabes con quien te casaste?

– Contigo.

– Con una bestia, con un demonio que solo sabe lastimar y destruir – El omega lo miro con atención – Mi padre creía que lo mejor para este basurero era que yo fuera su rey, pero todos huyen de mi cada vez que me ven.