Xhevahir

Cornalina de Sangre

A pesar de que habían pasado casi trescientos años del accidente, toda persona sabía que ocurrió en su momento, cómo se originó y cuál es el estado actual.

Sy-E, ahora encargado del bienestar de la colonia en general, integró en las escuelas como clase de historia todo lo relacionado con los malditos y la tierra.

Desde los seis años, conocen poco a poco y amplían los detalles conforme avanzan en edad. Muchos de ellos acaban sus estudios obligatorios y terminan trabajando para Sy-E tras unas durísimas pruebas. Los más afortunados serán leales soldados de los comandantes puros, y podrán combatir en primera mano el peligro de un maldito vinculado.

Las vinculaciones también se estudian. Se descubrió que parte del poder que recibían estas personas no solo era por la modificación genética tras el impacto de aquel meteorito en la tierra. Se descubrió que las piedras preciosas aún presentes en la tierra, almacenaron parte de esa energía que permitía a una persona despertar y controlar sus poderes ligados a los elementos principales: Agua, tierra, aire, luz y oscuridad.

Estos elementos se consideran puros. Pero la genética, así como los humanos y no olvidemos las piedras, son muy diferentes y diversos. De cada elemento puro surgen diferentes ramas mágicas que se vinculan según la piedra y la naturaleza de la persona.

Sy-E comenzó un estudio exhaustivo cuando todo empezó a tomar forma y por ello, toda su tecnología en la actualidad es capaz de llevar un registro de actividad y conocer casi con exactitud qué tipo de magia ha despertado, aunque nunca han dejado de registrar nuevas y mejoradas vinculaciones.

Erebus tenía ya edad suficiente para saber que en cada nuevo despertar se encontraba una mínima posibilidad de una vinculación más poderosa y mejorada. Por eso era tan importante cazar a los malditos vivos si su piedra parecía fuera de lo normal.

Pero era consciente de que cada vez despertaban menos malditos, pues después de tanto tiempo, el código genético que se había alterado apenas dejaba rastro en el humano y los recién nacidos.

El genocidio masivo de malditos antes de la colonización de la Luna, había sido un referente en la historia humana. ¿Fue lo mejor para sobrevivir? Había miedo y solo por eso estaba justificado a pesar del dolor y las pérdidas. Y obviamente Sy-E estuvo detrás de ello, hasta lidió con la guerra mágica, donde se perdieron aún más personas, tanto malditas como no.

Erebus estaba encandilado por aquella nueva geo-granate. Un despertar curioso, pues no se sabe de ninguna granate que no se active para pelear. Vinculadas normalmente a la creación y control del fuego. Pero leyó aquel reporte de actividad cinco veces y a pesar de la amenaza y la activación de la piedra, la maldita no atacó. Su poder se ramificó por otro lado, y eso le pareció demasiado extraño como para dejarla pasar.

-¿Qué te parece el informe?

En su oficina, Erebus estaba erguido frente a su gran ventana donde podía ver todo el sector y algunos más próximos. Daba la espalda a uno de sus mejores comandantes, Blackwood, o la Bestia, como a él le gustaba que le llamasen.

Sylas Blackwood. El maldito más peligroso vivo hasta la fecha. Melena pelirroja, ojos azules y una sonrisa extrañamente familiar y aterradora a la vez.

Llevaba una exo-armadura ligera con leds rojos, que formaba parte del uniforme, donde después se podían acoplar elementos para completar su traje de combate. Para vestirlo, llevaba un abrigo largo negro adornado con pelo sintético blanco en el cuello. Si algo era Sylas, sin duda, muy atento con su apariencia. Sabía cómo jugar con ello.

-No encaja. Además suena aburrido. -Comentó el pelirrojo mientras soltaba la holo-tableta con el informe sobre el escritorio.- No ataca, así que no supone un peligro. Lo que no entiendo es como Andras la dejó escapar.

-... Cualquier maldito ES una amenaza. -Advirtió Yicks con suma seriedad y mirándole fijamente.- Ya sabes lo que quiero. Consíguelo.

-¿Y si me cruzo con Andras? -Preguntó jocoso.

-Haz lo que debas hacer, Sylas.

En la cara del comandante se dibujó una sonrisa tétrica y disonante. Realmente daba miedo, pues parecía una sonrisa normal y algo forzada, pero a la vez tenía una esencia oscura que daba escalofríos.

El pelirrojo era de esos malditos con los que había que tener especial cuidado. No sólo por su poder vinculado, sino también por su propia persona, en su naturaleza.

Archivado en su expediente como sociópata desequilibrado con doble personalidad. Era ese tipo que la gente temía que tuviera magia vinculada, por suerte, Yicks supo pactar con él: sus intereses a cambio de su servicio y lealtad.

-Vamos a divertirnos... -Precedió una risa burlona y satisfecha.

-No podremos matarla. -De él mismo, resonó una grave y poderosa voz, como si fuera otra persona.

-Pero a Andras si... por fin. -Su sonrisa se hizo aún más amplia.

-Por... fin... -Respondió con aquella voz.

[Voice Acting de Sylas en TikTok. ¡Búscame! DreaWiWattpad]