Uno de los tan modernos y pulcros edificios tenía parte de la fachada derruida a consecuencia del nulo mantenimiento y del paso de la naturaleza sobre, prácticamente, todo.
Ahí podía verse una amplia habitación completamente abarrotada de cosas, luces y colores distintos. Objetos que Kerandra jamás había visto en su vida, pero que la fascinación la hizo reaccionar de la forma más curiosa posible.
-¿Qué es todo esto? -Preguntó aún fascinada.
-Cosas que he ido recuperando, son todas de la tierra.
-¡Pero...! -Se asustó y bajó la voz susurrando.- ... todo esto está prohibido...
El joven alzó una ceja que acompañó con una sonrisa cómplice. Evitando cualquier respuesta evidente, se acercó hasta una guitarra española e hizo vibrar sus cuerdas.
El sonido hizo eco en la habitación y asustó un poco a la joven, que no se esperaba un sonido así.
Estanterías repletas de libros, algo que en Xhevahir no tenían por el avance tecnológico y la falta de materia prima. Historia de la humanidad, literatura, medicina y un largo etc. Cosas prohibidas por Sy-E que evitaba que supiesen cómo era la vida en la tierra, teniendo ahora libertad para crear un nuevo mundo.
Álbumes llenos de fotos de vidas pasadas. Un tocadiscos, ordenadores, teléfonos móviles muy antiguos; hasta revistas y publicidad. Juguetes, ropa y hasta la rueda de una bicicleta.
Un verdadero museo, bien conservado y sobretodo estudiado por aquel muchacho, que le presentaba poco a poco aquello que más ilusión tenía por enseñar.
-He leído la mayoría de esos libros. Se cómo vivían antes en la tierra, incluso tengo datos del incidente que nunca se dijeron. ¿Sabías que casi siempre estaban en guerra? ¿Que eran incapaces de contener epidemias aunque fueran mortales? ¿Que había pobreza? ¿Sabes lo que es el dinero?
Kerandra sonrió con ternura al ver el entusiasmo y la falta de poder compartir todo lo que tenía con alguien. Observadora, se dio cuenta que probablemente sería la única persona que había podido ver aquel tesoro, o quizá no la primera, pero si hace mucho.
-Oye, oye. Respira. -Rió ella.- Es increíble que conserves todo esto y sepas tantísimo. Te envidio.
-No lo hagas. -Calmó su entusiasmo y se sentó sobre una rama gruesa que cruzaba la instancia.- Saber tanto no sirve de nada. No aplica más que para el dolor de un "¿Y si...?" -Suspiró cabizbajo.
-¿Tan mal estamos aquí? -Se acercó poniéndose frente a él.
-Al menos se podía llevar una vida normal. Ya sabes: trabajar, procrear, vivir en familia y morir sonriendo.
El joven, mientras hablaba, metió la mano en el bolsillo del interior de la chaqueta y sacó algo guardado en su puño.
-Nosotros... -Continuó, abriendo la mano y mostrando que llevaba.- Estamos destinados a ser perseguidos y morir. No tenemos ni la oportunidad. Por eso el escondite.
En su mano una preciosa gema Esmeralda, de la rama mística. Ahí Kerandra se dio cuenta de que él también era un maldito. Su mente primero reaccionó con cierta urgencia, pero luego se tranquilizó al saber que la había ayudado y que por fin, no estaba sola en todo aquel asunto de ser... diferente.
-Sentí con fuerza tu actividad. -Le dijo mirándola fijamente.- Quise ayudarte, pero antes de llegar volaron aquellos edificios. -Le tendió la otra mano para que se le acercara. -Déjame ayudarte ahora.
Por un instante, los ojos verdes de Kerandra brillaron casi con la misma intensidad que aquella esmeralda que sostenía el joven de las flores. Tomó su mano, acercándose, donde él bajó de la rama para estar frente a frente.
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Xhevahir
Science Fiction[⛔ HISTORIA EN PAUSA] [700/1000 palabras por Cap.] Hace cientos de años, la humanidad fue condenada a convivir con mutaciones mágicas que lograron poner en jaque la supervivencia del propio planeta. Ahora, la colonización de la Luna es próspera grac...