𝓓𝓪𝔂 𝓣𝔀𝓸: 𝑀𝓊𝓁𝓉𝒾𝓋𝑒𝓇𝓈𝑜𝓈

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He vivido tanto tiempo en soledad que el calor de mi cuerpo se desvaneció tiempo atrás, las sonrisas que guardé bajo llave nunca volvieron a ver la luz del sol, mis lágrimas se secaron por completo y el apoyo que supuestamente tuve, desapareció

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He vivido tanto tiempo en soledad que el calor de mi cuerpo se desvaneció tiempo atrás, las sonrisas que guardé bajo llave nunca volvieron a ver la luz del sol, mis lágrimas se secaron por completo y el apoyo que supuestamente tuve, desapareció. 

Me llamaron loco cientos de veces al tratar miserablemente en conseguir una pizca de tu atención, sin embargo, cuando decidí hablar, las palabras no fueron suficientes para alcanzarte, te habías marchado con alguien que sí aceptaba tu amor y no temía por ello. 

Arrepentido, caí en la locura buscando una manera de retroceder el tiempo hasta el punto de estar en tus brazos, no lo logré y con cada intento las personas se alejaron, me quedé solo. No los necesitaba yo mismo encontraría la forma de volver a ti. 

Curiosamente mi contacto con los dioses se incrementó y juré devoción a la oscuridad, ya nada me importaba, cualquier costo por ti. Gracias a la magia fui capaz de abrir diversos portales, multiversos en los cuales nuestras vidas estaban atadas, encontré felicidad, tristeza, amor e incluso muerte. Todos y cada uno de ellos tenían algo que yo no, te tenían a ti.

¡¿No es injusto?! ¡¿Por qué soy el único que está solo?! ¡¿Por qué todas las versiones mías si son felices?! 

Lancé con fuerza la mesa rompiendo cosas de por medio, odiaba el sentimiento de inferioridad, respiraba agitadamente maldiciendo al destino por burlarse de mí, tan sólo ¿Cómo se atrevía hacerlo? Suficiente tenía con estar abandonado a la deriva, viendo el futuro junto a él yéndose de mis manos, todos avanzando y yo quedándome atrás. 

Observé la sonrisa de mis otros yo por el panel, mis manos agarradas con las tuyas encajando perfectamente, yo debería tener un destino igual. En esto pensaba, cuando una idea se cruzó en mi camino. 

―¿Cómo no se me había ocurrido antes? ―murmuré con una sonrisa de oreja a oreja

Extendí mi mano observando las distintas imágenes, encontraría mi oportunidad, un sólo punto de quiebre y sería mío. 

―¡Te tengo! ― la imagen fue la única que prevaleció sobre las otras, estábamos juntos, pero había algo distinto, un claro indicio de fractura―Bueno, si tú no lo quieres, entonces 


Mío será


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Llevaban ya media hora peleando y aunque al principio empezó como un simple juego de celos, la situación se volvió más seria hasta el punto en que ambos gritaban sin sentido alguno.

―¡No tiene sentido lo que estás diciendo! ―grita el menor alzando los brazos era agotador lidiar con la terquedad de su pareja―No quieres que esté contigo, pero tampoco que visite a Luzu

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