Capitulo 0 | Nichts ist wie es scheint..

345 12 1
                                    

El sonido de la lluvia era lo que me acompañaba después de todo ese debate que tuve con mamá y papá, ¿será que les cuesta entender que pertenezco aquí?, ¿Que me siento cómoda aquí? Si, tal vez mi carácter no haya sido el mejor en esa discusión, pe...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

El sonido de la lluvia era lo que me acompañaba después de todo ese debate que tuve con mamá y papá, ¿será que les cuesta entender que pertenezco aquí?, ¿Que me siento cómoda aquí? Si, tal vez mi carácter no haya sido el mejor en esa discusión, pero de qué otra forma puedo hacerles entender que quiero estar aquí, que aquí está mi vida, que aquí tengo un instituto y que no puedo desaparecer, así como así solo por el capricho de papá

Mi cabello negro intenso cae a los costados de mi rostro mientras el gorro de mi chaqueta está sobre mi cabeza evitando mojarme en mi mente está era una buena idea pero ahora que lo pienso mejor no lo fue para nada, nunca pensé que empezaría a llover 20 minutos después de que saliera de casa y lo peor es que mis cigarrillos están mojados ya no servían para nada, así que los tire en el primer basurero que vi, pero a pesar de todo tampoco era tan malo después de todo, la lluvia y el frío siempre fue uno de mis climas favoritos de aquí.

La cálida calefacción me recibió al entrar a la cafetería donde iba casi la mayor parte del tiempo a despejarme me recibió, muchas miradas se fijaron en mi pero realmente no me importaba, camine a la única mesa que nunca se ocupa del local, a mi mesa por que la había declarado mía desde que la vi aquella primera vez que entre aquí, era una bella mesa de madera a la par de la ventana en un pequeño rincón debajo de la pequeña escalera que da al segundo piso del local, díganme si está mesa no puede ser más perfecta.

- Mi cliente favorita, donde te habías metiendo loquilla? -.

cuestionó mientras limpiaba la mesa y colocaba lo de siempre en mi mesa, un capuchino de vainilla y unos rollos de canela, digamos que antes venía muy seguido que ya se había hecho costumbre el entrar por esa puerta echa un desastre de pensamientos.

- eh tenido mis problemas con el instituto - hábil mentira

- pues me alegra que hayas vuelto, Maia estaba empezando a preocuparse por ti

Fue lo último que dijo antes de ir a otra mesa a tomar la orden, ¿Maia? Tenía tiempo de no escuchar ese nombre, exactamente desde que deje de venir aquí porque mi vida estaba "en orden y estable" claro eso fue antes de que papá y mamá aparecieran en casa con sus sermones y reproches a arruinarme la tranquilidad.

Las gotas de lluvia se resbalaban por el cristal de la tienda podía ver todo hacia afuera, el cielo de un bello tono gris que le daba un bello aspecto a la cuidad, ¿han visto esas películas de terror donde los climas así es el momento perfecto para que ocurra algo espeluznante? Pues justo así es como se ve ahí afuera y para mí, se veía como el sueño perfecto, la lluvia iba cesando a medida que las horas avanzaban, cuando me levanté y caminé al mostrador para pagar como siempre, el primer rostro que vi fue el de ella, su bello cabello rubio y ojos azules, su cara tenía algunos indicios de cansancio como todos los días, se veía más que perfecta.

Su mirada estaba puesta en mi tratando de disimular su sonrisa cosa que no le salía tan bien a mi parecer, pero se veía adorable tratando de disimular su emoción que me provoco apoyar mis codos en el mostrador y mi cara sobre mis manos viéndola con una sonrisa dulce.

Mackenzie: Blood, wings and possessionDonde viven las historias. Descúbrelo ahora