⭐Prueba #3⭐

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Estaban teniendo una conversación incómoda.

Michael se había ido con sus amigos por un asunto en especial en la cual no podía llevar a Noah, pero se lo dejó a su mamá por pedido de ella.

- Empecemos, ¿Qué piensas de mi hijo? -

La primera pregunta sería una de la que lo dejaría pensando, eran muchas las cosas.

- Es una persona maravillosa, hermosa y linda que he conocido. Me gusta su actitud y como me hace sentir bien con sus caricias, sobre todo cuando se trata de eso... - Dijo sin pensar mucho, simplemente todo salía del corazón, creo.

- ¿Eso es todo lo que piensas? - Vio como fruncía el ceño y hablaba más seria.

- O-Obviamente también es un gran trabajador y me ayuda en muchas cosas en la casa. No sé lo diga pero próximamente le quería pedir permiso para casarme con su hijo. -

Tenía a Jesús en la boca.

No lo podía creer, se supone que con lo que había dicho anteriormente bastaba para saber lo tanto que él quería a su hijo.

Le tomó por sorpresa pero siguió con su mirada seria.

- Espero me convenzas para poder hacerlo. - Respondió dejando a un pelirrojo ilusionado.

- Sigamos... -

...

- Última pregunta. - Sonrió por ver lo demacrado que estaba el chico, lo había tenido envuelto en preguntas y esté sería el final de todo.

- Dígame. - Se acomodó en la silla, al fin terminaría.

- ¿Serías capaz de cuidar al hermano pequeño de Michael por él? - Preguntó levantándose.

Una criaturita apareció corriendo.

- ¡Hola me llamo Evan! Ya nos conocemos pero quiero volver a empezar. - Dijo dándole la mano.

Noah estaba sorprendido porque básicamente el primer día en que se vieron fue un poco... Raro.

Pero eso no es importante.

...

Ya había aceptado y se encontraba en el parque.

Intentaba no perder de vista al mocoso, muy bien sabía que era muy juguetón y a veces se les escapaba.

-  ¡Quiero helado! ¡Quiero helado! - Dijo el pequeñín.

También era goloso.

- Está bien, vamos. -

Lo llevó agarrado de la mano a la heladería.

Lo soltó para pedirle uno de chocolate, bien sabía que era su favorito.
Se lo dió y buscó su billetera para pagar.

En cuanto se volteó el niño ya no estaba.

- ¡Evan! - Mierda, se le había perdido el niño.

Lo buscó por todas partes.

Corrió e intentó no alarmar a la gente, su corazón latía a mil por los nervios.

Hasta que lo encontró.

Estaba sucio y llorando.
Algo le había pasado.

- ¡Evan! ¿Qué haces aquí? ¿Por qué lloras? - Preguntó mirando el alrededor.

- U-Unos chicos me q-quitaron mi helado y me empujaron. - Soltó lágrimas por el recuerdo temeroso.

- ¿Dónde están? Yo me encargo de ellos. - Dijo abrazando su pequeño cuerpo.

- S-Se fueron... - Siguió llorando sin darse cuenta que sus ojos se estaban tornando entre rosado y rojo.

- No llores, ¿Si? Esos chicos son estúpidos, no te dejes por unos buenos para nada. - Sonrió con confianza y señaló su espalda para que el niño subiera.

- Vamos a comprar otro helado, tal parece que no lo pudiste disfrutar lo suficiente. - Dijo mientras lo llevaba cargando en su espalda.

...

Todo estuvo increíble ese día exceptuando lo que sucedió en el momento del helado.

Regresaron a casa sanos y salvos.

- Aquí tiene a su hijo. - Lo dejó como si fuera guardería y fue a ver a Michael que por fin había llegado.

- Amor, necesito un descanso. - Lo abrazó de la cintura y lo dió un cálido beso en el cuello estremeciendo al contrario.

- Bueno, ve a bañarte primero. Ya mañana nos vamos. - Se despidió con un beso y se fue a seguir arreglando sus maletas.

Sinceramente esperaba haber hecho un buen trabajo.

Le caes mal a mi mamá- (Ennchael-Noahchael)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora