Capítulo 1

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Vendedor: ¡Oye niña! ¡Ven aquí, devuelve eso!.

En ese momento Angeline era una huérfana la cuál estaba luchando para subsistir en la pobreza y el hambre, se ocultó de bajo de un puente donde podía esconderse de todo aquél que la quisiera dañar hasta que de pronto...un campesino se asomó observándola.

Campesino: Hola pequeña... no te haré daño. Sabes...últimamente todos estamos en tu situación.

Angeline se resistía en hablarle y siguió comiendo como si ni existiera él campesino mientras que él seguía tratando de sacarle charla hasta que le mostró algo que pensó que le llamaría la atención.
Saco de sus bolsillos un mapa que contenía la ubicación de un bosque mágico llamado "El bosque dorado" donde brotaban Manzanas de Oro que concedían deseos.

Campesino: Con ellas puedes hacer lo que tu quieras, pero lamentablemente solo puedes comer 1 ya que al ingerir de más puedes obtener graves consecuencias. 

Eso le sucedió a la hija de un amigo mío, por ambiciosa terminó con una mente corrompida por el odio, envidia y ambición. Últimamente esta causando muchos estragos en el sur de nuestro país.

Solo quiero que niñas como tu ya no estén en esta situación y espero que lo entiendas, el mapa es todo tuyo pero no lo compartas con nadie.

Angeline: De acuerdo, muchas gracias.

El campesino se despidió mientras que Angeline seguía dudando de las indicaciones de el señor misterioso.

Angeline observaba con cada detalle el mapa y por curiosidad decidió marchar al tal "Bosque dorado", trató de ocultarse de cada guardia, vendedor ambulante y campesino que la reconociera.
Fue un largo camino pero por fin logró conseguirlo.

El bosque que describía el señor al principio era común y corriente hasta que se adentro más a lo profundo y era un bosque con hojas, césped y árboles amarillos casi dorados que era como un sueño que podría tener un codicioso rey.

Ella acariciaba cada cosa dorada con delicadeza que no se sentía como oro pesado, al contrario, si no como son los objetos naturales y al mirar una manzana recordó la misión pero decidió pensarlo dos veces, puesto a que solo se vive una vez en la vida y pensó varias horas su deseo hasta que lo decidió.

Angeline: -Muerde la manzana- Deseo... ser una guerrera con grandes poderes.

Al terminar de comer la manzana, su cuerpo comenzó a flotar y brillar como una estrella, sintiendo un gran cosquilleo y corriente en todas sus venas hasta que mágicamente empezó a formarse un traje de guerrero dorado con alas grandes y deslumbrantes.
Angeline escuchó una voz cálida y tranquila que provenía de la manzana.

Manzana: ¡Señorita Angeline! Soy la magia de este bosque y debo comentarle algo muy importante sobre su deseo.

Angeline: ¡AGH! ¿Q-Que quieres?.

Manzana: No se asusté por favor, el poder que se te dio es el mismo de los Ángeles, tus alas y tu nombre son el reflejo de ello y tu destino es ser "El ángel Dorado" deberás usar con sabiduría tus dones pero si fracasas... deberemos castigaré de una forma muy recta y severa, por lo tanto procura usarlos para el bien ya que se te otorgaron los dones del: Vuelo, Fuerza , Curación y la velocidad. Tu armadura solo desaparecerá al decir "Alas Abajo" y reaparecerá al decir "Alas afuera".
Espero que estés satisfecha con tu deseo, quizás esta será la última vez que nos veamos así que te deseo un buen viaje guerrera.

La manzana posada en las manos de Angeline, se desintegró como polvo brillante mientras que ella decidió entrenar en otro bosque para no destruir los deseos más preciados de cualquier otra persona.
Al llegar a otro bosque probó todos los dones que le dijo la magia y efectivamente habló con la verdad, todo era tal cuál a lo que dijo pero a Angeline le costaba algo controlarlos...pasó días entrenando duro y exigiéndose a sí misma hasta que lo consiguió.
Ya preparada, volvió al pueblo donde nació y todos creyeron que se robó la armadura e intentaron de quitársela, por lo que ella gritó orgullosamente diciendo.

Angeline: ¡Yo me he ganado esta armadura reluciente de manera justa y limpia!.

Todos se le reían y no podían creer que una simple niña de 17 años le dieran derecho a portar un traje tan fuerte y pesado.
Así que estuvo obligada a retirarse y se escondió en los árboles hasta que escuchó un grito de un joven y no dudo en correr a salvarlo, unos ladrones tenían espadas con el fin de matar a un chico de ropa fina.
Angeline se abalanzó a uno de los ladrones y lo tiro al piso mientras que al otro le dio muchas patadas en la boca del estomago logrando quitarles las armas y a ambos les dio una gran piña en la cara dejándolos rojos y mientras huyeron despavoridos.
El joven que observo todo miró asombrado a Angeline y le dio las gracias.

Cristian: Muchas gracias señorita pero puedo cuidarme solo y por cierto, ¿las armaduras no las portan solo los hombres?...

Angeline: ¿Y los hombres no se suponen que se defienden solos? yo lo vi asustado y tirado en el piso a usted.

El príncipe cerró la boca avergonzado y la amenazó con no darle crédito por su salvación puesto a que Angeline no le importó y se marchó hasta que el príncipe se retractó y decidió seguirla.

Cristian: Lamento mi comportamiento pero así me criaron, siempre dicen que las mujeres no son capaces de nada pero no lo son porqué la sociedad no se los permite ¡Tu lo sabes! Sabes que no tenemos elección los hombres por más que quisiéramos ayudarlas, siempre creen que es un simple chiste o ridiculez y honestamente me molesta porqué mi mamá siempre quiso luchar en la guerra junto a mi papá y decidió irse al cielo ya que él no la trataba como tal.

Angeline: Mmm...no se si creerte del todo, pero si es eso cierto pues lo lamento mucho y mis más grades pésame para usted principito.

La Manzana MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora