Capítulo 6

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Al día siguiente todos desayunaron pacíficamente excepto Angeline ya que como hace casi 3 días que no se pudo bañar, se alejó lo más posible de la cabaña donde había una montaña que corría una gran cantidad de agua.

Al quitarse el traje se sintió mucho más liviana y se asombró de la fuerza que hacía para mantenerse estable.

Entró al agua y sintió frío pero a la vez un gran alivio así que decidió quedarse un tiempo en el agua hasta que vino una de las sirvientas del rey y gritó asustada.

Sirvienta: Hola querida, disculpa por interrumpir tu baño pero uno de nuestros sastres notó que utilizabas constantemente el mismo traje y pensamos que quizás te gustaría tener más variedad de ropa -Le muestra los conjuntos- utiliza el que se te plazca para la ocasión que tu quieras y con solo tu agradecimiento y que te veamos utilizarlos es mucho para nosotros.

Angeline: Am...pues...muchas gracias, no se hubieran molestado ¿Cómo se llaman?.

Eleonor: Yo soy Eleonor y el sastre se llama Raúl.

Angeline: Se los agradezco mucho, están muy hermosos estos conjuntos -Observa con fascinación la ropa-

Cuando se marchó Eleonor, Angeline decidió vestirse rápidamente en caso de que vinieran alguno de los chicos a revisar que le sucedió.

Con el vestido color vino tinto, con detalles dorados y el cinturón marrón de cuero junto a una especie de velo que cubrió la mitad de su cara como una especie de velo.

Cuando Angeline volvió a la cabaña sin el traje y nadie la reconoció excepto Eleonor y todos quedaron asombrados pero lo único que podían ver eran sus ojos y nada más.

Cristian: ¿Y tu armadura?.

Angeline: Lo guarde en un buen lugar, no te preocupes por eso.

Roberto: Te sienta muy bien los vestidos reales, estas muy linda.

Angeline: Gracias.

Thomas: Es cierto, te queda muy bien.

Roberto: Cris ¿No le dirás nada, ningún alago?.

Cristian: Lo lamento, si si estás muy hermosa y como muestra también de mis respetos hacia ti te tengo 3 regalos, ven -La tomó de la mano-.

Thomas al notar la reacción de Cristian, le provocó preocupación y celos queriendo seguirlos.

Roberto: -Apoyó una mano en su hombro- Déjalos no les hará mal estar algo solos, estos días fueron muy estresantes para todos y se que hace poco te reconciliaste con nosotros e incluso quieres comprenderla pero es necesario para ambos y para ti tener un poco de distancia.

Thomas: Entiendo mi señor...

Cristian se llevó a Angeline a su cuarto y le regalo 1 bolsa de somnolencia donde se esparce ese polvo a los rivales y los duerme en segundos.
Luego la llevó a un campo de flores donde florecían girasoles y el sol del amanecer iluminaba las montañas creando un paisaje perfecto y hermoso como de ensueño sacado de un cuento.

Cristian: ¿Te gusta?.

Angeline: Es perfecto -Sonrío mirando el paisaje-.

Cristian se agachó delante de ella besando su mano con delicadeza y exclamando.

Cristian: Te agradezco mucho por ser mi protectora y colaborar con nosotros para mantener la paz en nuestro pueblo otra vez, te mereces mis respetos y mi lealtad.

Angeline se sonrojo y le sonrió dándole las gracias mientras que Thomas notaba la cercanía a lo lejos y con celos hacia Angeline, preocupándole también que se pueda establecer un nuevo tipo de relación entre ellos dos.

Roberto: ¿No sé ven adorables?... ojalá le esté declarando su amor.

Thomas: Pero ¿Ella no es una guerrera?.

Roberto: Si ¿Y?.

Thomas: Pues ¿No estaría mal visto que una mujer sea un soldado? o sobre todo en la realeza si es que Cris la acepta como su esposa ¿Qué cree que diga el pueblo?.

Roberto: Pues ahora que lo pienso-.

Thomas: Alguien debería cuidarlo y no estaría bien que lo haga una mujer soldado ¿o si? alguién como yo puede cuidarlo su majestad. Le juró mi lealtad y protección hacia el príncipe Cristian enserio.

Roberto: Thomas, jamás conocí este lado envidioso de ti y es muy vergonzoso asi qué por favor ya deja de decir esas cosas porqué incluso me interrumpirse al hablar.

Thomas: -Se sonroja- P-perdón mi señor...

Roberto: Ahora que lo pienso no está mal que Cris quiera tener una esposa guerrera...mi mujer quería luchar a mi lado y me negué para protegerla del mundo cruel, tenia un gran potencial en la batalla pero temía perderla e incluso yo tenía unos grandes ataques de ira que provocaba que mis nervios se alternarán cuando me discutía sobre esas decisiones difíciles hasta que un día se hartó y se marchó.
Después de confesarme su interés en el armamento y ataques yo no fui el mismo, quería protegerla y terminé provocando su muerte, no quiero que le pase lo mismo a Cristian.

Ella se hace respetar y es muy fuerte pero no es lo mismo con mi mujer y por eso prefiero que él sea feliz con alguien, además todas las mujeres de nuestro pueblo también tendrán derechos aún que deberían tenerlo todas de todos los países.

Thomas: Tiene razón, disculpe pero extraño esa amistad de hermanos que tenía con él.

Roberto: Sabes que a ti también te quiero como un hijo.

Thomas: Lo sé -Sonríe-.

Cristian también trataba de confesar sus sentimientos hacia Angeline pero ella lo rechazó ya que lo conoció solo hace 3 días y decidía más cuidar de las personas que ser la mujer de un príncipe.

Cristian: Comprendo...bueno...si quieres podemos darnos más tiempo.

Angeline: Cristian...no sabes ni quién soy y jamas te dije mi nombre, ni a ti, ni a tu padre, solo me conocen por el Angel Dorado... y es seguro que se mantenga así esto...

Cristian: ¿Por qué?, si me enamoré de ti a primera vista.

Angeline: Eso no existe Cris...para obtener ese tipo de sentimientos hacia alguien debes entenderlo, conocerlo mejor, es un vínculo de confianza que debes establecer no sólo por pocos días... cada día debes trabajar en ello...

Cristian: Tienes razón...me ilusione mucho, perdón... -Se sonroja- sabes... jamás me confesé ante una mujer...

Angeline: Y jamás se confesó un hombre hacia mi -Le besa una mejilla- pero te agradezco tu interés -Sonríe-

Angeline le dio la espalda a Cristian para que no vea su cara y se retiró escondiéndose entre los largos girasoles y pastos y se puso su armadura.

Cristian: Am, Ángel ¿Ángel?.

Voló directamente hacia arriba Angeline y se paro delante de Cristian.



La Manzana MágicaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora