XXVI "El corazón del cazador"

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Inmersa faz en fuego hiriente, corazón oscuro en tierra sin suerte, vistazo frío al futuro inherte, al mundo escaso de fantasmas pacientes.
Único tiro de rabia infundada, de fuerza divina y recia estocada. Bestias ofrecen la sangre y su suerte, la vida y su muerte, la culpa, disfrazada de los miedos que a su alma mienten.
Necio pasado que a las memorias vuelve, y consigo trae lágrimas, dolor y la pena de muerte. Tal vez los ojos engañan, tal vez más, que los mares tranquilos, los paraísos falsos y las palabras que, aunque sin miedo, de paz carecen.
Lo que decía ser la tenue alma de la galería terrenal, solo era la etérea diosa que, suspiraba dolor, y lucía como la luna en cierta noche fugaz.
Brioso tonto culpable de rencor, implora por de la luna la salvación, y porque sus lágrimas sentencien su tortura feroz.
Ella alegre sonríe, y en sus suspiros... ni pizca de aflicción, él le entrega su alma, ella solo quiere su corazón...
Hoy en las estrellas, viven perdidos los dos, él le dió su vida, pero ella... reclamó su amor

EunoiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora