XXXIII "El Jardín de los Secretos Olvidados"

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"(...)La noche era fría, mas hay veces que el frío poco importa, era una noche donde el dolor resalta más que la oscuridad, porque... ¿hay algo más negro que la realidad?... no, y la mía era una noche donde los recuerdos te desgarran las entrañas, donde la cabeza explota de tanto llorar, y donde faltan las ganas de atreverte a respirar...
Poco podía pensar, pero aún cuando duele, siempre hay quien le duele más...
Sus pies desnudos bajaban los peldaños con escasa voluntad, esa cara roja, posiblemente de tanto llorar, retenía más tristeza que aquella sala de aflicción trivial...
Tomé su endeble y deprimida mano, y me acompañó a pasear, porque hace bien el sentir que siempre podemos respirar...
-¿Encontraste lo que fuiste a buscar?
-¿El jardín?
-¿Buscabas un jardín?
-El jardín de los Secretos, y si, ya lo encontré...
Hay veces que no interesa que tan locos sean tus pensamientos, porque cuando te acorrala la crudeza de la realidad, solo te queda la libertad de tu propia demencia, la libertad que solo puedes alcanzar con tu imaginación... ¿Y no es la imaginación la refrescante ventana en la prisión de la realidad?
-¿Y donde queda ese jardín?
-Aveces en la profundidad de una mirada pérdida o en una sonrisa tonta después de incontable sufrimiento, en el latir de un corazón agitado o en las lágrimas ciegas de la impotencia, pero... casi siempre, solo hay que escuchar los susurros del silencio en las entrañas de la naturaleza, observar lo que algunos creen no existe o respirar aunque ni siquiera sepas cómo hacerlo...
-¿Y porque un jardín es tan lúgubre y aciago?
-Es un lugar donde lo triste pasa a ser hermoso, donde los suelos verdes de ensueño fueron las más horribles verdades, donde las sonrisas fingidas crecen hasta ser los más arraigados árboles, en donde los imponentes dolores se convierten en el carmesí de las rosas y los temores cuelgan como cítricos de los frutales.
Por allí... corre un paciente río de lágrimas secas y vistas nubladas, el sol brilla con la luz tenue que escapa de lo que fueron cómplices miradas, y a la luna la acompañan el desamor y los besos, que nunca significaron nada. Las nubes fueron abrazos fríos y el latir de corazones sin alma, enredaderas y arbustos que crecieron del insomnio en las madrugadas. Viven allá gnomos y hadas por todas las personas falsas y amistades vanas; y los recuerdos perdidos, y el sufrimiento por los que ya nos dejaron: son luces que en la noche, resguardan nuestros secretos olvidados...
-¿Volverás a ver ese jardín?
-Seguramente la vida me hará volver a buscarlo, al final todos alguna vez lo encontramos, pero como cualquier secreto, será pronto olvidado... cuando se te desmorone la vida, el jardín te ayudará a arreglarlo, le confiaras tus entrañas y todo sufrimiento será olvidado, porque el tiempo corre, y los secretos aveces... son peligrosos contarlos.
Y entre la propia demencia, y el dolor que con regresar amenazaba, vimos hoy la calma, a lo que antes creía no terminaba...
-Ya están mejor -se oía un sonido lejano.
-Si, el aire que nos hacía falta por fin lo encontramos...
Y con una sonrisa, llegué... llegué al Jardín de los Secretos Olvidados".

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