🌻;; 𝙲𝚊𝚙𝚒𝚝𝚞𝚕𝚘 𝟷𝟼

75 9 19
                                    

❝ La luz que ilumina mis días iluminó mi rostro con una hermosa sonrisa tuya en el mundo de los sueños. ❞

⋰✨╞═╛🌻╘═╡✨⋱

𝙳𝚘𝚖𝚒𝚗𝚐𝚘

El resplandeciente brillo natural del sol que llegaba hasta mis ojos cerrados me hizo liberar un gruñido de rabia, pero cualquier enojo que se iba a presentar se esfumó al ver un hermoso ángel con una bella sonrisa recostado a mi lado. Ay Chaos, ¿Llegarás a decirme por qué ella es tan perfecta?

Había acercado con suma cautela mi mano hasta su frente, acariciando esas pequeñas púas que llegaban a cubrir sus ojos cerrados. Mi corazón no podría estar más feliz por verla de esta manera a mi lado, haciéndome sentir... Completo.

Es en ese momento que siento que mi teléfono está vibrando, suerte que lo había puesto en vibración porque sino ella ya se habría despertado. Me aparte con cuidado de ella sin hacer el mínimo ruido para despertarla, sacando de mi bolsillo mi celular para caminar hasta el patio trasero.

─ De acuerdo, ¿Que sucede ahora? ─ Hablé para mí mismo mirando la pantalla de llamada. "Espio"... Agh, ¿Ahora qué? ─ ¿Hola?

¡¿DONDE ESTÁS?! ─ Habló, o más bien, me gritó al oído tan fuerte que tuve que apartar el teléfono de mi oreja con una expresión de rabia. ─ ¡¡Llevo esperándote en la puerta de tu departamento como un idiota durante tres putas horas!!

─ ¿Tres horas? Mm... No es tan malo si lo piensas.

No estoy para tus bromas. ¿Dónde mierda estás?

─ Agh... De acuerdo. ─ Suspiré masajeando mi frente por el fuerte grito y su desesperación. ─ Te veo en 20 minutos.

No respondiste mi pregunta.

Y no pienso hacerlo. Voy a desayunar.

¿Vas a dejarme así y te irás a desayunar?

Sí. Te veo despues.

¡¡HIJO DE- ─ Le colgué.

Un suspiro forzado hacia escapado de mi boca. Estaba tan relajado y llega el mal temperamento de Espio a arruinarme el día.

De repente una pequeña risa había llamado mi atención, mirando hacia la puerta donde estaba apoyada la eriza amarilla. Tenía una pequeña sonrisa y sus brazos estaban cruzados.

─ ¿Desde hace cuánto estás ahí?

─ Lo suficiente. ─ Contestó a lo que me había reído. ─ ¿Vamos a desayunar?

Asentí ante eso y me adentré nuevamente al interior de la casa. Ambos nos dirigimos a la cocina y cada uno buscaba algo. Ella se encargó de buscar un cereal y leche y yo buscaba los tazones y las cucharas.

─ ¿Y que fue todo eso? ─ Me pregunta acomodando los tazones.

─ No lo sé. Seguramente quiere decirme algo del trabajo. Cada vez que se trata de eso siempre se pone de mal humor. ─ Respondí, sirviendo el cereal en los tazones.

GirasolesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora