Raine recientemente ha regresado a su pueblo natal y se ha reencontrado con su amigo de la infancia, cooperando intentarán encontrar respuesta a los sucesos extraños que están aconteciendo desde la caída de una estrella bastante especial.
—¡EVAN! ¡DIOS, NO TE IMAGINAS QUE ALEGRÍA ME DA VERTE!
Me abalancé sobre él para darle un fuerte abrazo, realmente había pasado mucho miedo y mi cuerpo estaba notando ahora las consecuencias. Extrañamente, Evan no se inmutó, se quedó estático mirando hacia en frente.
—Tienes cara de haber visto un fantas-
Se me entrecortó la voz cuando me di la vuelta y me di cuenta de que había una chica justo frente a nosotros, llevaba un uniforme similar al nuestro, un poco cambiados algunos detalles y tenía una mirada totalmente vacía. Fueron tan solo unas milésimas de segundo las que pasamos manteniendo contacto visual cuando se cayó inconsciente entre los pupitres. Evan y yo corrimos a socorrerla y ver que le había pasado.
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—¿ES UN FANTASMA?
"Supongo."
—¡QUÉ BONITA!
"¿Y qué piensas hacer con ella?"
—Buena pregunta... Hmm... Supongo que, ¿preguntarle cómo ha llegado a aquí?
"No se, Raine, nada de esto me da buena espina. Además, está dormida."
—Pues despertémosla.
"¿Y si es un fantasma de los malos?"
—Habrá que averiguarlo.
Mientras hablaba me agaché simultáneamente a intentar tocarla pero mi mano atravesó su cuerpo de manera inesperada y terminé perdiendo el equilibrio y cayendo sobre la chica. Mientras me quejaba del dolor de la caída contra el suelo noté como la fantasma abría sus ojos de golpe.
"¡AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH!"
—¿QUÉ TE PASA?
Grité un poco avergonzada por la situación.
"¡M-ME ESTÁS ATRAVESANDO!"
La chica levantó su espalda apoyándose en sus antebrazos y como no podía tocarme de forma directa, cogió una silla y me la tiró encima violentamente.
