No me des problemas.

445 25 3
                                    

Capítulo 29.


Regresar a estas oficinas no se sintió ni un poco como esperaba.

Deseaba que el tiempo alejada me diera un respiro y me permitiera regresar con un nuevo sentimiento. Pero cuando me deje caer en mi familiar silla y mientras avanzaba el día, la sensación de opresión solo iba creciendo.

La tarde cayo no tan rápido como quería. Dos semanas antes Chris me llamo diciendo que habían atrapado al asesino de Theo. Y en tan poco tiempo estaba de regreso nuevamente. Incluso a mí me había tomado por sorpresa que su gran castigo durara apenas más de un mes.

—¿Es desgastante regresar?

Max entro y me ofreció una sonrisa.

—Es mejor que tener tanto tiempo libre.

Seguí tecleando y esperé por la familiar interacción, pero después de tanto tiempo separados se sentía raro.

—¿Estas bien?

—Espero estarlo pronto.

—No he dormido bien, pero podemos salir si quieres —Max se ofreció.

—Quiero dedicarme a dormir por ahora. Regresar al trabajo después de descansar ochos horas diarias será difícil —intente sonreírle genuinamente, pero hasta las fuerzas de hacer eso me las había quitado este lugar—. Podemos salir otro día, cuando me adapte al horario nuevamente.

El asintió de acuerdo.

Después del descanso obligatorio, la manera en la que había logrado encajar ya no me servía. Para los estándares del día de mi salida y lo que esperaba como bienvenida, el que me ignoraran fue un respiro bienvenido. Todos los superiores se habían abstenido de decir algo, incluido Jay. Y mis compañeros a excepción de Max, Chris y Rue solo dijeron un simple: bienvenida.

Monótono, todo el día se sintió así.

—No parece tu mejor día.

La voz vino desde mi espalda mientras caminaba en el estacionamiento, Chris me giño.

—No fue mi mejor día. Se siente como si fuera el primer día en la escuela.

—No es muy diferente.

A pesar de que apenas tenía horas de haber regresado, algo ya rondaba mi cabeza. Mi gafete y credenciales estaban de vuelta y necesitaba saber de Theo.

—Por favor dime que puedo ver el expediente de Theo.

—No soy yo quien da los permisos.

—Fue tu caso.

Chris se encogió de hombros.

—Está cerrado... conoces las reglas —noto la decepción en mi cara y continuo—. Intentare ayudarte, pero tienes que hablar con Jay.

Él no me dirigía la palabra desde el interrogatorio y aunque era cobarde estaba posponiendo el enfrentarlo, pero no podía hacerlo más. Mañana hablaría con él. Esta vez no era un simple capricho, creía merecer saber lo que había pasado con Theo, no como venganza sino para darle un cierre a toda la relación.

***

Estos primeros días me estaban costado una locura siquiera abrir los ojos a tal grado que tomé café... entiendo el encanto que tiene para la mayoría de las personas, pero no sabía si yo tenía atrofiado el sentido del gusto en cuanto a las bebidas calientes o simplemente no podía preparar uno.

La Amante Del DiabloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora