POV EMMA.
—¿De dónde diablos salió ese pedazo de culo? —Saco la cabeza de debajo del capó del coche, sigo la línea de visión de percy. Él deja escapar un silbido mientras sigue mirando por una de las puertas del garaje. Irritación y celos se disparan a través de mi cuerpo, y no tengo ni puta idea de por qué. Tal vez sea la forma en que lo dijo o el tono de su voz, pero miro más allá de él para ver de lo que está hablando.
La pelinegra en la que ambos tenemos nuestros ojos, parece que acabara de bajarse de una pasarela. O solo estoy adivinando que una modelo de pasarela se vería así. Aunque a partir de las imágenes que he visto en revistas de modelos, sus curvas son mejores. Su cabello pelinegro cuelga todo el camino hasta su cintura, donde los extremos comienzan a encresparse. Me dan ganas de envolver mi dedo por uno de ellos, agarrar un puñado de ellos mientras bombeo de mi polla dentro de ella. Me pregunto cómo gemirá si me conduzco dentro y fuera de ella.
Su vestido corto abraza las curvas en los lugares correctos y muestra sus largas piernas. Mis ojos hacen un barrido hasta los ridículamente altos tacones que lleva puestos. No tengo idea de cómo puede incluso caminar en ellos en el concreto desigual que cubre el frente de mi taller. La forma en que está vestida me hace pensar que debe ser rica. De lo que está haciendo aquí no tengo ni puta idea porque ella claramente no encaja.
Ella nos mira, al igual que nosotros la estamos observando. Sus ojos se encuentran con los mios, y es como un golpe bajo a mi sistema. Todo el aire sale de mis pulmones, y toda mi sangre corre a mi pene. Me hace sentir mareada, y me agarro del coche en que estoy trabajando en busca de apoyo.
Soy malditamente vieja, demasiado para conseguir una erección con sólo mirar a una chica. Veintiocho no es estar vieja, pero es demasiado para conseguir estar excitado por algo tan simple. Demasiado vieja para tener pensamientos sucios sobre una chica al azar, algo que no he hecho desde que era una adolescente cachonda. No voy a mojar mi polla en cualquier agujero al azar. Una media sonrisa tira de sus labios, y es como si estuviera tratando de jugar a la inocente o algo así. Debe ser parte de su juego.
Cuando finalmente su mirada deja la mía, siento una pérdida inexplicable. Mierda. Eso no puede ser bueno.
—Tengo esto jefa—, percy dice con una sonrisa de comemierda en su rostro. Es una mirada que conozco muy bien, y puedo ver que está haciendo como que va a ir a saludar a la pieza de culo pelinegro en la parte delantera de la oficina. Antes de que pueda dar dos pasos, le estoy agarrando por el brazo.
Malditamente no va a estar pasando. Percy siempre tiene mujeres envueltas alrededor de su dedo. Tacha eso, están envueltas alrededor de su pene y es como más le gusta. Él tiene a cada mujer cayendo a sus pies cada vez que salimos, y es probablemente porque siempre maneja su boca. Por lo que dice, me parece que tengo un "no hables conmigo" a través de mi cara, dándole un buen susto.
Tengo el impulso de huir sólo de pensar en hablar con ella, pero empujo la sensación de vuelta porque es jodidamente ridículo. Como ninguno de los dos tiene una oportunidad con una mujer así. ¿Quién sabe lo que está haciendo en una malditamente pequeña ciudad como esta? Probablemente de paso y algo salió mal con su paseo. Hoy aquí, mañana ya no. El pensamiento me hace un nudo en la tripa. Voy a necesitar probarla antes de que se haya ido. Algo que estoy segura no será fácil.
—Terminé de colocar el motor. Lo tengo—.La irritación en mi voz es clara, ordenando volver al trabajo. Quiero ser la primera en hablar con ella, pero veo que Sofía me gana la mano cuando entro en el frente de la oficina.
—¿Cuánto tiempo ha estado haciendo ese sonido? —sofía le pregunta, sacando un bolígrafo de su cabello negro atado en una cola de caballo. Cuando el pelo capta la luz de una determinada manera, casi parece azul.
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LA MECÁNICA (G¡P) [JEMMA].
RandomEsta historia es una adaptación. Créditos a su autor(a).