Desde que Guillermo se convirtió en un adulto, hania tomado la costumbre de seguir ciertas rutinas que lo ayudaban a qué su vida se mantuviera en el orden que necesitaba para tener un poco de paz y tranquilidad entre tanto estres que lo rodeaba.
Y por supuesto, como cualquier persona con un TOC basado en las rutinas, había una que era su favorita.
Consistía en algo básico, salir a comprar todos los domingos por la mañana.
Nada fuera de lo común si lo decía de esa forma.
Lo que le daba aquel toque especial que convertia esa rutina en su favorita de su vida adulta, era que no iba a comprar a un supermercado a surtir su despensa de alimentos y cosas que utilizaria durante la semana como cualquier persona lo hacia. Si no, que iba a comprar caramelos y 'chucherias' a una dulcería cercana a su apartamento. Tenia que cruzar un pequeño parque para encontrar aquel establecimiento pintado de colores pasteles, como amarillo y rosado que llamaban la atencion de los niños al recordarles a alguna caricatura.
Había adquirido esa rutina cuando encontro el establecimiento después de unas semanas de haberse mudado. Actualmente llevaba tres años viviendo ahí, se habia hecho amigo de los trabajadores del lugar, conocía practicamente a todas las personas que acudian al lugar en el mismo horario que el. Incluso se habia involucrado con uno de los cajeros que atendian el lugar, relación que no termino bien.
Lionel Messi queria algo serio con el. Pero como dijo Taylor Swift alguna vez: "El queria esa conformidad, yo queria ese dolor", Guillermo solo queria una aventura sin tanto drama.
Fue por lo bien que conocia a todas las personas del lugar que se extraño al ver a un chico nuevo en la caja 5 ese domingo.
A primera vista el chico era bastante atractivo y simpatico, tenia un fisico muy bueno y apetecible, era delgado hy un poco mas bajo que el, pero con musculos marcados, se veia que era fuerte y que con un solo golpe podria dejarte en el suelo. Sus ojos, color café bastante fuerte, su piel, blanquecina y algo bronceada por el sol. Pero lo que más cautivo su atención, fueron aquellos rizos y esa sonrisa amable y cautivadora que utilizaba para saludar y recibir a los clientes que atendia.
Se veía bastante tierno y animado al tratar con niños, tenia la paciencia para explicarles que su madre no podia comprarles el dulce que estaban pidiendo porque ya llevaban algunos que posiblemente le encantarían mas que el que estaba pidiendo.
Lo observo desde la estanteria de bombones y dulces cubiertos con chocolate, y le encantó.
Le encantó tanto que no se pudo resistir a acercarse a donde el estaba e intentar hacerle platica con cualquier tema de la dulcería.
- Disculpa. - Saludó Guillermo con un leve toque de amabilidad una vez que estuvo a su lado.
- Buenos días - Sonrió el mas bajo prestando atención hacia el. - ¿Puedo ayudarte en algo?.
Esa voz. Los pensamientos de Zayn se habían nublado al escucharlo hablar, la voz del chico fue
Memo adoró ese tono tan natural con el que el chico le estaba hablando, sonaba como si se conocieran de toda la vida. Y ni que decir de esa voz, tenía un leve acento español pero predominaba ese mexicano tranquilo que solo un paisano de Guadalajara podía tener, era una voz perfecta.
- Si, ¿Podría decirme dónde se encuentran las paletas de fresa en este lugar?.
El lo sabía, podía encontrar cualquier dulce de cualquier sabor en esa dulcería de lo bien que conocía el lugar, como si fuera su propia casa. Solo buscaba una excusa para poder hablar con el nuevo trabajador del lugar sin sonar intenso.
- Si, claro. Deben estar en el pasillo 2, ¿Gusta que lo acompañe?. - Preguntó con esa linda sonrisa que poseía. Memo asintió de forma inmediata, aún pareciendo inocente como si no se muriera de ganas por saber el nombre, y cada dato que el más bajo le proporcionara con una simple primera charla.
Ambos caminaron juntos en un silencio bastante cómodo, dirigiéndose al pasillo dos, donde se encontraban dulces de distintas marcas, todos sabor fresa. Pero, ninguna paleta.
Memo lo sabía y sonrió, ahí estaba su excusa. - Perdón si molestó con la pregunta, pero me parece que en este pasillo no se encuentran las paletas. - Soltó una pequeña risa. - ¿Es nuevo por aqui?
- No me molesta para nada. - Respondió el castaño otorgándole una tímida sonrisa. - Y... Si lo soy, de hecho ayer fue mi primer día trabajando aquí.
- Entiendo. - Sonrío nuevamente el más alto. - Y, puedo saber ¿Cuál es tu nombre?
Para este punto, la mayoría de las personas en la tienda de habían dado cuenta de las intenciones de Memo con el chico, lo conocían bastante bien. Y era claro que después de lo de Leo buscaría a alguien más con quién aventurarse. Así que simplemente lo veían con una sonrisa y le guiñaban el ojo, ya le harían burlas la siguiente semana.
- Soy Andres, Andrés Guardado, ¿Yo puedo saber el tuyo? - Para Memo era increíble la forma en la que Andrés no dejaba de sonreír en ningún momento. Y quedó cautivado con el tono coqueto que había utilizado en esa última pregunta, su toque de acento castellano hacia que sonara bastante sexy para sus oídos.
Guillermo asintió y devolviendole el toqué coqueto respondió. - Mi nombre es Guillermo Ochoa, un gusto conocerte Andrés.
- Lo mismo digo Guillermo.
Memo río un poco y simplemente camino hacia el pasillo en el que realmente estaba lo que el buscaba, toma una cajita con 7 paletas de fresa, una para cada día de la semana, y acompañado de su nuevo conocido Andrés Guardado, pagó sus dulces en la caja 5.
Los primeros 6 capítulos ya están escritos, solo me falta irles cambiando unas cuantas cosas, en el transcurso de la semana voy publicandolos.
Mañana gana el salernitana 🕯️
ESTÁS LEYENDO
𝘊𝘩𝘶𝘱𝘢𝘭𝘦𝘵𝘢 | 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢𝘥𝘰
FanfictionGuillermo Ochoa siempre ha amado las paletas... Sobre todo cuando se están moviendo en su interior.