Guillermo Ochoa tenía solo 12 años cuando comprendió lo que era una orientación sexual. Fue durante una clase que les impartían en secundaria, y desde entonces, paso toda su adolescencia tratando de descubrir cuál era la suya. Se tomo el tiempo para experimentar con ambos generos, desde suaves besos y relaciones cortas hasta algunos fajes en fiestas que sus amigos organizaban. Y fue asi, como lo descubrio.Era totalmente gay, las chicas le parecian lindas, tiernas, con esas facciones delicadas y luciendo tan bien la mayoria del tiempo. Pero no eran para el, preferia mil veces a los hombres, le gustaba cada parte de la anatomia que tenian, y más específicamente, le gustaba ese chico, un chico que habia conocido en una de sus clases extracurriculares de calculo avanzado. Se sentía atraído hacia la forma en la qué Manuel, tomaba la pequeña paleta de caramelo entre sus labios, el como el pequeño caramelo quedaba con un rastro de saliva cada vez que salía de la boca del Aleman, lucía demasiado bien ante los ojos de Memo. Estaba plenamente enamorado.
Y tal vez también fue durante ese tiempo, de entre los 12 y 15 años, en el que no solo descubrio el amor y su orientacion sexual, si no, que tambien descubrio su mas grande fetiche.
Le encantaba comer dulces, como a todo chico de su edad, pero preferia jugar con ellos. Mas que comerlos, le gustaba imaginar, fantasear.
Imaginaba la forma en la que Neuer lo tomaria donde sea y lo haria follarse con el caramelo que unos minutos antes estuvo en su boca, o incluso, el mismo lo follaria de esa manera.
Soñó con un momento así por tanto tiempo, pero al mismo tiempo, anhelaba una relación con él.
Fue por eso que un día, de los muchos que compartía con ese chico, finalmente se atrevió a dar el paso y pedirle una cita.
Había estado planeando ese momento con demasiado esmero, deseaba que todo fuera perfecto. Le compró una caja de esos típicos dulces que él siempre tenía, aquellas paletas que eran las favoritas de ambos, y organizó una especie de picnic en el que ambos podrían disfrutar de una cita inolvidable en la que hablaran de cualquier cosa que pasara por sus mentes.
Comenzó su búsqueda por la escuela para encontrar al chico de sus sueños. Y cuando finalmente lo encontro, se acerco a el con las cosas que habia comprado para pedirselo.
- Hola. - Saludo una vez estuvo a su lado. El chico lo miro con amabilidad y le sonrio.
- Hola Guillermo, ¿Sucede algo? - Preguntó con un tono interesado. Y Guillermo asintió.
- Si, bueno, en realidad queria preguntarte si, ¿te gustaria salir conmigo? - Habló de forma nerviosa.
Para su sorpresa, el chico acepto.
Después de esa cita, qué para buena fortuna de Guillermo, salió de maravilla, ambos estaban encantados el uno con el otro, totalmente enamorados. Y solo les tomo un par de semanas más comenzar a salir "formalmente" (Lo más formal qué había para dos chicos de 15 años.) y todo era lo más maravilloso del mundo.
Ambos pasaban por lo que la mayoría de la gente llama un "romance adolescente", tenían citas en parques, heladerías, cafeterías, conciertos y unas cuantas en la casa del Alemán, pues los padres de este los habían aceptado y acogido de una forma cálida, adoraban la pareja que hacían, adoraban la personalidad de Memo y la forma en la que los ojos de su rubio hijo brillaban cuando lo tenía cerca. El Alemán y el Mexicano eran la mejor pareja que cualquiera podría imaginar.
Pero lamentablemente, todo lo bueno tiene un final y no uno de la misma forma en la que lo fue.
Después de un año de haber comenzado una relación, los chicos habían tomado la decisión de hablar con los papás de Guillermo y contarles sobre su relación, no habían planeado nada especial, el Alemán simplemente sería un invitado más durante la clásica cena mexicana de su familia el 15 de Septiembre y ahí ambos lo dirían. No tenian idea de como reaccionarían, pero después de como reaccionó la familia Neuer, tenían buenas espectativas.
Así que, llego el tan esperado día.
- ¿Estas listo? - Susurró Manuel con su característico acento alemán al oido de Memo, quien dio un leve asentimiento y se acercó nuevamente a la mesa donde sus padres y hermana estaban sentados.
- Familia, quiero decirles algo importante. - Comentó con nerviosismo mientras los presentes volteaban a verlo atentamente.
- Habla, hijo. - Alentó su madre, curiosa de saber lo que este iba a decir.
Memo se aclaró la garganta y con cariño tomo la mano de Manuel y la levanto para que su familia pudiera verlos.
- Yo... Soy gay, y Manuel es mi novio.
El silencio entre todos se torno incómodo, Manuel tenía una pequeña sonrisa, pero era el único con ella.
Holiii, al fin actualice, y doble 💋.
Paso a pedirles que se pasen por mi fic "The Diary", qué es mi humilde aportación a la Ochoado Week.
Si lo leen actualizo aquí más seguido 💋.
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𝘊𝘩𝘶𝘱𝘢𝘭𝘦𝘵𝘢 | 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢𝘥𝘰
FanfictionGuillermo Ochoa siempre ha amado las paletas... Sobre todo cuando se están moviendo en su interior.