Los aromas de ambos estaban mezclados en la habitación, sus ojos con un tono totalmente obscuro ocultando su verdadero tono por la intensidad con la que ambos se miraban, una intensidad que podía expresar fácilmente la carga de placer que ambos estaban sintiendo en ese momento.
Andres penetrando fuertemente a Memo, rozando su glande con la próstata del más alto en cada oportunidad que tenía mientras esté, solo temblaba y gritaba por la sobrecarga de placer que sentía en ese momento, una escena completamente obcensa para ambos.
El calor era abrumador y los sonidos de los gemidos combinados con sus pieles chocando en cada estocada que daba el más bajo, lograban hacer todo el doble de caliente y placentero para los dos.
Memo tenía la caja de paletas sabor sandía a tan solo unos centímetros de lo que estaba pasando entre ellos, pero no estaba del todo conciente para pensar en combinar al chico de sus fantasías más profundas con su fetiche. Sin embargo, Andrés estaba cegado por el placer y necesitaba más.
El de la caja 5 no quiso pensarlo por más tiempo y paró sus movimientos para tomar la caja color rojo que reposaba en la mesita de noche a su lado, se retiró un poco y la coloco sobre el abdomen de Memo, tomo una de las paletas que estaban dentro y la abrió con cuidado.
- ¿Q-Que haces? - Hablo el moreno con la voz ronca y temblorosa por las acciones que estaban cometiendo en ese momento, pero sus palabras fueron interrumpidas por el sabor dulce de un caramelo tocando su lengua.
Callandolo.
- Tu, solo disfruta Memo, Quiero que pruebes y disfrutes el sabor de la paleta en tu boca, Lamela y succionala como si fuera mi polla la que tienes en la boda hazlo mientras yo te follo tan fuerte que haga que pierdas la noción del tiempo, que no puedas ni siquiera respirar por las sensaciones que voy a causarte pero no quiero, que en ningún momento de lo que hagamos ese dulce salga de tu boca. - y el moreno sintió su orgasmo aproximarse solamente con esas palabras que acababa de imaginar en la gran fantasía en la que su mente había estado trabajando.
No era la primera vez en la que Andrés aparecía en sus fantasías cuando recién despertaba o después de verlo, pero si era la primera en la que se corría sin siquiera tocarse, algo inimaginable.
Miro hacia la mesita de noche que tenía a su lado y noto la caja de paletas de café, las había comprado hace solo tres días después de llegar de su viaje, y ya no había ninguna por lo mucho que solía fantasear con el chico que trabajaba en la dulcería, o había dudas, necesitaba implementar el plan que había hecho con Candreva lo más pronto posible, no le gustaba fantasear con personas a las que podría tener en su cama fácilmente.
El timbre del departamento sonó unos segundos después de que Guillermo había salido de la ducha, algo extraño si tomaba en cuenta que las únicas personas que lo visitaban eran Henry, uno de sus mejores amigos, sus padres, Guillermo y Natalia y su hermana, pero todos los mencionados tenían llave del apartamento para salir y entrar en el momento que quisieran.
Suspiró con cansancio al no querer tener que lidiar con visitas después de la hermosa fantasía que había tenido minutos atrás, así que simplemente le gritó a Antonio que abriera la puerta por el, mientras se vestía y le daban ganas de bajar.
Cuando finalmente regreso a la planta baja, logro disvisar a Andrés Guardado, el dueño de sus mejores fantasías y sus sueños más eróticos, estaba justo ahí, en su apartamento, sentado en el sofá donde tantas veces se había masturbado pensando en el.
Y pudo sentir una extraña sensación recorrer su cuerpo de pieza a cabeza con solo verlo ahí.
No era una sensación mala, era algo como excitación.- ¿Andrés? - Preguntó una vez que estuvo cerca, con una ligera confusión ante su presencia.
- Hola Memo! - Saludo el cajero bastante entusiasmado de ver a Guillermo después de media hora esperándolo. - Lamento haber venido sin tu consentimiento y sin haberte avisado antes, pero necesitaba devolver tu celular, tenía el presentimiento de que solo regresaras a la tienda el siguiente domingo y darías el celular por perdido,así que... Quise traerlo y quizas ahorrarte un viaje extra. - Soltó una risa bastante nerviosa mientras extendía el celular de Guillermo en su dirección.
- Oh, entiendo. Gracias. - Tomó el celular que le era extendido. - Supongo. Aún que... ¿Cómo conseguiste mi dirección, Andres? - Preguntó con curiosidad.
Guardado estaba por responder, pero ese momento fue interrumpido por el tono de llamada de António, “the other woman” de Lana del Rey.
Y después de que la canción se apagará, comenzó una corta conversación, hasta que alguien tocó la puerta y Candreva salió del apartamento casi corriendo y huyendo de la escena de Guillermo y Andrés.
- Bueno, supongo que ya no importa. - Rió el moreno una vez más. - Gracias por recuperar mi celular, Andrés... ¿Cómo puedo agradecerte? - Cuestionó en un tono bastante coqueto y una sonrisa que hipnotizaria a cualquiera.
Andrés, al notarlo, decidió no desaprovechar su oportunidad. - ¿Porqué no con un beso?, Cómo las princesas en apuros. - Respondió con el mismo tono.
- Entonces, besame. - Asintió mientras se acercaba a el.
Guardado, tomo el rostro de Guillermo con firmeza mirándolo a los ojos. Sus respiraciones comenzaban a agitarse por la cercanía del momento, y los dos sabían que no habría forma de parar la situación.
Hace solo unos segundos se encontraban riendo y haciendo bromas sobre cómo António había salido conrriendo en cuanto terminó su llamada con quién Guillermo suponía era algún ligue que había conseguido en los pocos días que llevaba en Ciudad de México. Y ahora, estaban a solo unos centímetros, apunto de besarse y con un ambiente tan tenso como las cuerdas del ring donde el Canelo Álvarez suele tener peleas.Memo amaba eso, su fantasía más grande estaba a punto de ser cumplida, gracias a ser un olvidadizo.
- No tienes idea de lo mucho que ansío besarte. - Declaro Andrés dejando a la luz una voz ronca, que mezclada con su acento tapatío-español, estaba dejando a Guillermo sentirse aún más excitado.
La situación ya se había salido de control.
Antonio Candreva, por favor no vuelvas hasta dentro de tres horas
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𝘊𝘩𝘶𝘱𝘢𝘭𝘦𝘵𝘢 | 𝘖𝘤𝘩𝘰𝘢𝘥𝘰
FanficGuillermo Ochoa siempre ha amado las paletas... Sobre todo cuando se están moviendo en su interior.