CAPÍTULO TRES

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JungKook era de esas personas que dejaban fluir su imaginación sin ser del todo consciente; para cuando se daba cuenta, su mente había creado el escenario más tremendo -encontrándose en la situación que se encontrase-, y esto generalmente le sucedía cuando jugaba overwatch.

Era por eso que, ahora encerrado en el baño, se recriminaba mentalmente haber dejado que su imaginación vaya en camino equivocado. ¿Qué tan malo era pensar que la piel canela de TaeHyung se veía tan suave como las de las chicas ardientes de sus videojuegos?

Bastante, sí. Era bastante malo.

Y no por el hecho de que fuera primo de su novia, sino porque TaeHyung no era una chica.

Pero ahí estaba él como idiota, metido en el baño y agradeciendo que su camiseta fuera lo suficientemente larga para tapar la cosa que se había endurecido entre sus piernas.

YoonGi se estaba tardando.

¿Hace cuanto había mensajeado al enano para que viniera a socorrerlo? ¿Diez segundos? Era demasiado tiempo.

Suspiró derrotado. ¿Por qué había sucedido esto? TaeHyung era apuesto, no podía negar aquello y no era la primera vez que veía a alguien con esa magnitud de perfección en su rostro; ¿Entonces qué había sido lo que lo llevó a este punto? ¿Las orejas?

Toc, toc, toc.

Puso su guardia en alto en cuanto aquellos golpes se oyeron en la puerta del baño. Eran suaves, por lo que dudó que la pelinaranja estuviera ahí para sacarlo a patadas.

-¿YoonGi? -rogó internacionalmente por oír la afirmación con la voz de su mejor amigo.
Pero su respiración se atoró cuando oyó aquella negación con voz profunda y cantarina.

-Soy TaeHyung.

Su cuerpo se tensó y comenzó a creer que la cosa allí abajo tenía vida propia; y es que, ¿Cómo una persona con el rostro tan delicado podía tener semejante voz prepotente?

Odiaba que su sexualidad entrara en juego con tan sólo la primera impresión que el pelirrojo le entregó.

-Uhm, eh... -aclaró su garganta-. ¿Necesitas usar el baño? Yo-yo saldré...

-No, no. Sólo me preguntaba si estabas bien -el pelinegro creyó que aquella voz comenzaba a hacerle mal-. ¿Algo te ha hecho mal?

¡Sí, tú!, quiso contestar, pero guardó silencio.

-¿Estás nervioso, JungKookie?

El menor arqueó sus cejas. ¿"JungKookie"? ¡Ni siquiera su novia lo llamaba así! ¿¡Por qué él lo hacía?! ¿¡Y por qué con esa voz?!

-Oye, puede que tenga orejas de tigre... Pero no muerdo.

¿Era posible tener un orgasmo sin algún estimulo físico? JungKook sólo deseaba volarse los sesos mientras se preguntaba aquello.

••

¿Qué sería de JungKook si la vida le hubiese arrebatado el don de oír? Probablemente estaría viviendo el paraíso porque, escuchar a Min YoonGi riéndose a carcajadas por lo que acaba de pasar, era algo que despertaba sus deseos suicidas.

-No... ¡No puedo creerlo!

¿El pelinegro cuantas veces había oído a su mejor amigo reír? ¿Cero veces? Probablemente menos. Era increíble, porque ayer le había dicho a su novia que YoonGi se merecía ser llamado amante.

Retiro retiradamente lo dicho.

-¡YoonGi! Eres el enano más idiota y despiadado que pude haber conocido...

-¿Yo? -el peliverde lo miró como si tuviera la palabra burla tatuada en la frente-, ¿qué hay de Park JiMin?

-¿El amigo de mi enana?

-¿CON QUÉ CARA SIGUES LLAMÁNDOLA TUYA? -el mayor estalló nuevamente en carcajadas hasta que JungKook le puso la traba; por suerte éste logró mantenerse de pie-. Sí, el de cabello rosa.

-Él es tierno y sus mejillas son rechonchas -pensó el pelinegro en voz alta-. Pero no es idiota y despiadado como tú. Además, seguro quieres que te la mame.

Ahora fue el turno de JungKook para reír, recibiendo por eso un puñetazo en el brazo.

-No creas, tu primo SeokJin es más atractivo.

-¡Ahora entiendo de dónde saqué lo puto!

JungKook salió corriendo cuando divisó su hogar a lo lejos, con el pensamiento de que debía proteger su vida a toda costa luego de ese comentario.

Mi Novio Es Gay •• KOOKVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora