Capitulo 2

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Muchas veces las personas no escuchan. Saben oír pero no escuchar.

Dicen que es lo mismo, cuando en realidad ellos mismos saben que no.
Al adoptar a todo mi grupo de amigas me sentí vacía, no tenía a nadie con quién platicar o siquiera convivir, ya que las hermanas decían que como yo estaba en peligro pondría a las demás también.

Estupido, losé.

Prácticamente pasaron varios años desde que adoptaron a mis amigas, todas fueron adoptadas. Menos yo, que como siempre fui el patito feo de el grupo, no me sorprende que no me hayan adoptado. Yo tampoco me adoptaría ya. Literalmente soy una adolescente de XV años, huérfana, sola y patética.

Ja, patética.

Eso es lo que soy.

-Aylin, vienen a verte-dijo la hermana Mary y al instante me levanté con pereza.

Caminé hacia la oficina de la hermana mayor. Al entrar encontré a una pareja, instintivamente voltearon a verme. Los empecé a analizar con la mirada. Era un señor (mínimo de 39 años, casi 40) con una señora de unos ¿26? o ¿28?

No lose, pero me observaron detenidamente, y yo a ellos.

-Aylin te presento a los señores Ramírez.-Observe detenidamente a cada uno. No me daban confianza.

-Hola Aylin soy el señor Joseph, dime Joseph.-Estiro su brazo hacia mi esperando que lo tomara.

Ingenuo. Retrocedió dos pasos al ver qué ignore su presentación. La señora abrazo a su marido por los hombros y me miró.
Espere a que se presentase pero en cambio asintió en mi dirección con la cabeza.

¿Que?

-Aylin, la señorita Alexia es muda, por eso no se presentó como usted comprenda.

Oh.

-Hermana con el debido respeto se lo pregunto.-Asintió-¿Que rayos hacen aquí?-Pregunte con frustración.

La hermana mayor quedó estupefacta, mientras que el señor Ramírez río ligeramente.

-Hermana.-Dijo el señor Joseph llamando la atención de la Hermana mayor.- Quiero suponer que esta jovencita esta demasiado confundida por la presencia de mi mujer y yo.

-Aylin el señor Ramírez y su mujer te quieren adoptar.-Dijo emocionada.

-¿¡Que!?

-¡Si!, los señores te quieren adoptar, solo falta que firmen unos papeles y ya.

Estaba estupefacta. Nunca me habían adoptado totalmente, normalmente firmaban el papel de padres temporales que les daba el poder de regresarme si quisiesen. Pero esto no. Esto era permanente, sin devolución.

-Ya llevamos tu cosas al automóvil de los señores. Solo queda que firmar este último papel.

La hermana mayor se acercó hacia su escritorio y saco de un cajón unos papeles, los señores Ramírez se acercaron y firmaron. Yo me quedé en mi lugar, helada, no sabía cómo actuar. No era normal para mí que alguien me quisiese adoptar. Que esperaban soy una chica de XV años sin ningún expediente limpio.

Yo no era la hija perfecta. Ya había olvidado la primera vez que me habían metido a la penitenciaria o la vez que compre mi primer cigarro de marihuana.
¿Que acaso no querían una hija perfecta?

-Hermana, tengo una duda.-La hermana mayor poso su mirada en mi y yo hable-¿Acaso les contó o les mostró mi historial?

La hermana mayor. . . . ¿río?

-Aylin los señores aceptaron tus defectos.-dijo con una sonrisa sinica-. Aún así decidieron ignorar tu pasado y aceptarte como una más en su familia.

AMENAZA [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora