CAPITULO 1: TE REGALE EL MUNDO

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Una mala noticia siempre es mala. Comencemos entendiendo que la noticia, ya de por sí, contiene un cóctel de incertidumbre y adrenalina que ocasionan reacciones imaginables pero muchas veces inciertas, es decir, el que da el mensaje muchas veces no imagina el impacto que ocasionara, y el que la lee o la escucha, puede experimentarla de distintas formas posibles, no siempre una noticia buena o mala se vive de la misma manera. Agreguemos a este pensamiento la idea de que el mensaje contiene una información que no queremos transmitir, y mucho menos que el receptor quiere oír, como en este caso, "la muerte". Vive estas palabras en carne propia, imagínate si la noticia que tenemos que transmitir, es un mensaje desalentador, o peor aún, imagínelo... trágico.

Brian advertía que se venía un gran problema, comunicar a su mejor amigo, que su padre había fallecido. Él comprendía consigo mismo, que por más que ame a su amigo del alma, nada cambiaría la realidad, él se decía casi como en reproche: "no poder cambiar la realidad ni tampoco si quisiera podría adornarla para que el golpe no sea duro como sé que lo será. ¿Por qué el destino me juega esta mala pasada? ¿Por qué debo ser yo, quien comunique esta noticia a mi gran hermano?, soy su amigo, él es mi amigo, somos hermanos, pero... ¿estos circunstancias deben darse así? ¿No es mejor que un desconocido avise un mensaje así, antes que un conocido?, en fin, quizás así deberían ser las cosas, quizás deba hacerlo yo, y sin miedo,".

Muy bien sabía que el objetivo no era evitar el dolor que iba a causar con sus palabras sino, dar el mensaje evitando un mayor impacto psicológico al que ya de por sí sucedería, porque cuando a uno le dicen que quien más amamos, ya no estará más con nosotros, ¡uf! Que terrible. Él sabía también que en el camino hacia la casa de su amigo, intentaría facilitar que este palabrerío sinuoso, se logre asimilar de forma más equilibrada, pero... ¿cómo hacerlo? Si se da una mala noticia de forma inadecuada, hasta podes aumentar el dolor de la víctima y dejar al afectado en un grave estado de confusión e incomprensión de lo sucedido, por eso, debía prepararse, y sí que lo hizo... meditó minuto tras minuto la forma en que lo iba a decir, las palabras a utilizar, y como plus a esta presión, imaginaba ya, qué decir, después que el mensaje se hubiera dado, ¿cómo actuar frente a este gran problema?, así pues, el joven pueblerino debía intentar ofrecerse asimismo información de los pasos necesarios para comunicar ese mensaje, digamos, "lo menos doloroso posible".


Ya preparado, tomo su mochila, su bicicleta y se dirigió a la calle Juan Manuel de Rosas al 1200, de la ciudad bonaerense de Mercedes, donde encontraría a Franco, que mientras tomaba unos mates, planificaba sus vacaciones soñadas junto a su novia. Era un lunes común y corriente, nadie, absolutamente nadie, imaginaria un pronóstico tan abrumador.

Suena el timbre y Franco abre su puerta, jamás se imaginaria que la noticia que traía Brian sería un puñal al corazón como lo sería para él.

Franco: -Hermano querido, ¿cómo estás?-


Brian: -Te quiero mucho hermano (y lo abrazo).-


Franco: - ¿A qué se debe esto, ¿estás bien?, ¿paso algo?-


Brian: - Franco, tu padre fue a mi casa hoy a la mañana, me dejo una caja con un sobre y una carta para vos, poco después se suicidó en el terreno baldío de en frente. Lo siento mucho.-


Franco:- No es cierto...


Brian: -Acá estoy para vos hermano, lo siento...-

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