CAPITULO 5: "Que no te mientan"

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La lluvia se colaba por una pequeña hendija de la parte derecha de la ventana preferida de Amadeo. Solamente Franco lograba ver eso que sentado agarraba su celular para escribirle un texto a su novia diciendo: "Cariño, como es habitual y sabiendo que nos quedan solo 2 días en este viaje que hicimos, salí a caminar, y nuevamente me vine al bar para charlar con el viejo amigo que te conté... pero no está, quizás es temprano, llegare a las 20.30 mas o menos al Hotel, te amo".


Mientras guardaba su celular en su campera, recuerdo de su padre, metió su mano en su bolsillo interno y saco un papel, un papel mas importante que una carta de agradecimiento, mas importante que una carta de amor de su novia, mas importante que cualquier mensaje plasmado pudiera estar impregnado en la hoja, claro, era la carta de su padre, donde habitualmente la leía, en momentos donde el silencio era parte de su vida, y donde lo recordaba echándolo de menos.


Volvió a leer cuidadosamente la carta, y mientras leia nuevamente las lagrimas que limpiaban su rostro aparecian una y otra vez... "te regale el mundo..." le decia su padre una vez mas, ¿por que?, ¿por que se fue así?, ¿por que la vida es así?, ¿por que el hombre tiene que caminar día tras día viviendo de esta manera tan complicada, extrañando, recordando, llorando, padeciendo mentiras, padeciendo injusticia...?, muchas preguntas, ninguna respuesta, finalizo este acto de filosofía dolosa, con una frase dirigida hacia el mismo: "¿por que a mi? ¡¡CARAJO...!!


Y... ¿Por que a vos no? ... Contesto Amadeo mientras se sacaba su chalina verde.


Franco: Hey, mi amigo, ¿como estas?, te esperaba... (Le dijo mientras guardaba su carta y se secaba los ojos)


Amadeo: Si, es que tuve un problema, y me retrase 16 minutos, gran problema para mi, ya que le soy fiel día a día, a mi amigo Oscar.


Franco: ¿Oscar?


Amadeo: Claro, Oscar, dueño del Bar "Rustico", esto es prácticamente un engaño concertado, porque ambos pensamos que nos engañamos, y así es, nos mentimos.


Franco: Siempre me haces pensar... no te entiendo.


Amadeo: Clarisimo, el piensa que mi sociedad junto a él, que es vitalicia, donde yo todos los días vengo a la misma hora, consumo lo mismo siempre, y contribuyo a que el bar nunca este sin gente, hace pensar en el, que gracias a unos pocos cafés, el se hace mas rico. Y por otro lado pienso que gracias a unos billetes diarios que son "un vuelto" para mi, y en conciencia personal siento que tenerlos o no es igual, finalizo diciendo que gracias a este techo, esta silla, esta mesa, su cenicero, sus tazas, y demás... son un pasaporte al pasado, al presente y al futuro para mi, y a cambio de unos pesos, entonces... ¿Quien engaña a quien?, de eso se trata la mentira, en este caso, la mentira consentida.

Franco: jajaja, que optimista, tenes razón, es una buena sociedad de hecho.


Amadeo: ¿Por que lloras?


Franco: Recuerdo a mi papa...


Amadeo: ¿Ah si?, ¿esta en Buenos Aires?


Franco: Justamente no, parte de que este sentado aqui con vos, se lo debo a el, porque, hace un mes justamente hoy, el se suicidó, y me dejo una carta, que normalmente leo para acordarme de el, y bueno... me mando a conocer el mundo, aunque se olvido que su hijo no tiene el dinero suficiente para hacerlo, por eso solo estoy en la Patagonia, jaja.

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⏰ Última actualización: Jun 10, 2015 ⏰

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