Capítulo 3

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Llevaba varias semanas dando clases a Jisung, pero las tres horas se resumían en media hora de inglés y dos horas y media de charlas absurdas y paseos a la biblioteca.

-¿Y bien? ¿Hoy no me darás el informe del tiempo?.
-Hace frío-Respondí demasiado concentrado en un libro de tapas rojas y doradas en mis manos.
-Vaya mierda de descripción-Me arrebata el libro-Estás obsesionado con estos trozos de cartón duro.
-Oye, no es cartón duro, está encuadernado en tela, y dibujado a mano, es muy valioso-Dije frunciendo los labios ante sus palabras.
-Ajam, con ese mimo y delicadeza quiero que me definas el tiempo que hace fuera-Sonríe.
Sonreí también.
-Pues…El verano ha llegado a su fin, el frío le ha robado al sol por completo el calor de sus rayos, cuando sales a fuera la piel se te eriza sin control cuando el aire te roza, y las últimas flores se han soltado de la tierra y ahora vuelan lejos, arrastradas hacia dónde al viento se le antoje.
-Así sí, ya pude verlo todo aquí-Señala su cabeza y sonríe, manteniendo los ojos cerrados-Me gustan las flores, sería bonito tener un jardín en mi casa, aunque sea un deseo demasiado tonto, porque jamás saldría a pisarlo.
-Bueno, también puedes hacer un jardín dentro-Lo animo.
-Ah sí, ¿y dónde? No hay sitio para poner macetas en casa.
-Ahí hay sitio-Señalo un poco indeciso el lugar vacío en la biblioteca, con miedo a que reaccione mal de nuevo.
-Ahí no Minho, lo que falta en ese hueco, ya no puede rellenarse con nada-Se acercó a mi mordiéndose fuerte los labios y me entregó el libro que me había quitado-Puedes llevarlo para leer si quieres.
-¿Leerlo? Las historias de estos libros son una mierda, a mi solo me gustan sus portadas-Mi risa retumba en la paredes y consigo que Jisung tenga de nuevo la sonrisa que había perdido.
Tomé nota, no hablar nunca más de ese rincón vacío en la biblioteca.

[...]

-Vamos Minho… ¡No quiero jugar más a esto!-Protesta lanzando una de las piezas contra la pared del escritorio.
-Tienes dos opciones Jisung, o seguir practicando vocabulario con el Scrabble o coger el libro y ponerte a estudiar por ahí-Me cruzó de brazos con el rostro serio.
-Es que esto es muy difícil… ¿Cómo voy a saber qué palabra es si las letras están todas desordenadas? Yo no sé palabras en inglés-Refunfuña.
-Claro que sabes, solo son 7 letras-Hablé sin perder la calma- Venga, te ayudo. ¿Qué es lo que más deseas en el mundo?.
Se quedó unos minutos pensando, mirando a la pared frente a sus ojos, y yo esperé pacientemente la palabra que estaba seguro que diría.
-Libertad.
-Muy bien, esa es la palabra que falta, ¿cómo se dice libertad en inglés?.
-Free…-Movió sus ojos de un lado a otro buscando en su memoria pero no dijo nada, apretó el puño con rabia.
-Freedom, se dice Freedom, venga, ordena las letras.
Me hizo caso y de pronto frenó en seco sus movimientos -¿Tu porqué sabías que yo diría libertad?.
-Solo sumé 1+1-Me reí satisfecho de haber acertado.
-Te crees muy listo…-Respondió molesto-Ya han pasado 3 horas, deberías ir a tu casa.
-Siempre terminas echándome de mala manera… Duele-Apoyé la mano dramáticamente en mi corazón, cuando pensaba que ya se sentía del todo agusto conmigo, se cubría nuevamente con una coraza.
-Venga, vete ya-Se levanta de la silla y me da un toque en el hombro para que me levante, le hago caso y me visto la chaqueta.
-Y mañana espero un buen informe del tiempo, eres mi contacto más fiable con el mundo exterior.
-Si señor, lo que usted ordene-Coloco mi mano al estilo militar en la frente, riéndome, él rueda los ojos con fastidio, pero sé que en el fondo, debajo de miles de capas protectoras, se está riendo.

Y yo siento mi pecho hincharse, al saber que mi presencia le ha devuelto las ganas de saber lo que pasa fuera, ha recuperado la curiosidad por algo tan simple y a la vez tan complejo como lo son la lluvia y el sol, por saber si las hojas de los árboles se mueven o permanecen quietas, y sin saberlo, me ha inundado a mi de nuevas inquietudes, mi primer pensamiento en la mañana ha cambiado, ya no pienso en dormir cinco minutos más, ahora deseo abrir la ventana para descubrir el clima y poner en palabras lo que Jisung no puede sentir en su piel.

Al igual que los escritores consiguen que podamos ver a través de sus palabras como los personajes pestañean, respiran, ríen o lloran, y nos hacen amar cada una de las manías y costumbres de alguien que solo vive dentro de un libro, yo puedo hacer que Jisung sienta el viento en su rostro, el calor del sol en las mejillas y el sonido de una hoja al caer al suelo, solo con mis palabras.

Un escritor se adentra en el corazón del lector y deja ahí dentro para siempre la huella de  alguien que no existe, yo me adentro en el corazón de Jisung y tatúo en él la huella de lo que sí existe pero hace tiempo no puede sentir.

Lo que los ojos no pueden verDonde viven las historias. Descúbrelo ahora