capítulo seis

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—¡vamos pequeños métanse! —gritaba el omeguita que metía a los animalitos en la pequeña casita que era de ellos.

se había desatado una sorpresiva tormenta en el pueblo, nadie había pensado que ese día iba a llover pues se veía tan asoleado el día.

cuando se cercioro que todos los animalitos estaban adentro, corrió hasta su casa mojandose apenas salió, la lluvia era tanta que al entrar a su hogar estaba completamente mojado.

—que frío

el teléfono de la casa sonó y fue corriendo para atenderlo, escuchando a su padre hablar desde la otra línea.

—kookie, ¿cómo estás?

—mojado, fui a meter a los animalitos porque la lluvia cayó de repente, ¿por dónde vienen?

—no creo que podamos llegar hoy, el río creció demasiado sobre la carretera y es imposible pasar por la corriente, tal vez cuando pasé la lluvia regresemos a casa

—esta bien, por favor cuídense mucho, abriga bien a mi abuelo

—sí, tú también cuídate mu...

la luz se fue al igual que la señal, perdiendo contacto con su familia, el pequeño omega puso el teléfono en su lugar, comenzó a sentir mucho miedo por los truenos que caían con demasiada intensidad, su cuerpo estaba temblando del frío, fue hasta la cocina por unas velas, las encendió y puso unas sobre la mesa y otra en la mesita que estaba a lado del sofá, iluminando un poco su casa.

estaba a punto se encender la chimenea cuando escucho la puerta ser tocada con insistencia, las feromonas se le hicieron conocidas por lo que fue a abrir, encontrándose con el alfa de sus sueños totalmente empapado, aquella camisa blanca pegada a su torso marcado y su cabello castaño mojado que se le pegaba a su rostro.

—tete

—koo

se miraron a los ojos, ambos escanenado el cuerpo del otro, deseandose mutuamente.

—ay, por favor entra —el alfa obedeció. —¿de dónde vienes?

—del terreno de tu padre, la tormenta nos agarro y tuvimos que cubrir todo e irnos, estaban cayendo demasiados truenos

—no alcanzaste a llegar a casa ¿verdad? —el alfa asintió. —siéntate iré por una cobija

—voy a prender la chimenea

el omega fue por la cobija y regreso con taehyung viendo como éste se sentaba enfrente de la chimenea para darse calor, koo se sentó a su lado y le dio la manta.

—acércate, esto alcanza para ambos

koo se acercó, siendo abrazado por los hombros y cubierto por el calor corporal y de la tela, mordió su labio al ver aquella camisa del mayor pegada a su cuerpo.

tae deslizó su mano por el brazo del menor, acariciando su suave piel sin despejar la vista de aquellos muslos regordetes que se asomaban por el corto vestido que se entallaba a su cuerpo y entonces unió sus labios, besandole con delicadeza aferrándose a la pequeña cinturita del omega, los besos bajaron al cuello del pálido y a sus clavículas.

—tae —decía entre suspiros.

fue acostado con lentitud en el piso viejo de madera, abriendo sus piernas para el alfa encima de él, jadeando por los besos que depositaba en su piel, sus párpados se cerraron y los tirantes de su vestido bajaron por sus clavículas.

el omega desabrocho la camisa del alfa, quitandola de su torso para tirarla en cualquier parte de la sala, los ojitos del pequeño brillaron ante la tenue luz de las velas al igual que su piel cuando quedó descubierta por taehyung que le había arrebatado el vestido, dejandole en tan solo sus braguitas y sus calcetas.

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