Capítulo 08

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Jeongguk llegó tarde y la anticipación en el pecho de Yoongi se intensificó con cada minuto que pasó. Entró en la habitación, con el pecho hinchado y la barbilla levantada. Su chaleco se aferró a su cuerpo, y sus bíceps se hincharon sin que él lo intentara. La barba se había ido, un tirón en el vientre es lo que sintió, y su cabello había sido arrastrado hacia atrás. Yoongi no tenía idea de dónde mirar, y terminó mirando la mesa, jugando con su lápiz.

—Está bien. Puedes codiciar sin sentirte culpable ahora.

Yoongi ladeó la mandíbula y sacudió la cabeza.

—No se me permite mirar.

—¿Reglas de psicólogo-participante, o reglas de visitante- prisionero?

—Simplemente no está bien.

—Aligérate. Crees que soy sexy y creo que tú también eres sexy, así que, ¿qué vamos a hacer al respecto?

—Absolutamente nada.

—Pero los dos sabemos que queremos más que nada. ¿Qué tal si hago un pequeño striptease para ti?

—Jeongguk...—murmuró Yoongi.

—Aguafiestas. Lo siento, llegué tarde, estaba demasiado ocupado discutiendo.

Yoongi parpadeó rápidamente ante el cambio de tema.

—¿Discutiendo? ¿Acerca de?

Policías y Tiendas. El programa de televisión, la nueva serie comienza el sábado, y es de lo que habla todo el mundo.

Yoongi intentó no sonreír, pero no pudo resistir el tirón de sus labios.

—Ah, ¿entonces has oído hablar de eso? —Jeongguk murmuró.

—Sí, yo y...

—Sungjae solía verlo, —terminó Jeongguk.

—Sí.

—¿Vas a ver esta serie?

Yoongi se encogió de hombros.

—No lo sé, no será lo mismo verlo por mi cuenta.

—Sepa que cuando lo miras, toda el ala lo está mirando, incluyéndome a mí. No estás por tu cuenta.

—No es como si pudiera llamar a la prisión y hablar sobre el episodio, ¿verdad?

—No, tendrás que esperar hasta nuestra sesión del viernes.

Yoongi golpeó su dedo en sus papeles.

—Esto es lo que se supone que debemos hacer en nuestras sesiones, no hablar de televisión.

—¿Qué le pasó a tu mano? —Preguntó Jeongguk.

El cambio de tono sobresaltó a Yoongi, y él se quedó boquiabierto.

—Tu mano, —repitió Jeongguk.

Yoongi se frotó los arañazos.

—Mi gato.

—Viciosa, ¿verdad?

—Él, —corrigió Yoongi. —Tenemos una relación de amor-odio. Lo amo, me odia. Todo es justo en el amor y en la guerra.

—Creo que tu gato está ganando la guerra.

—Tienes razón.

—Puedes ver Policías y Tiendas con tu gato.

—Gracias por hacerme sonar como un loco de los gatos.

Jeongguk se rio, y el pecho de Yoongi le hizo cosquillas en el sonido. Hizo un gesto hacia la silla de enfrente y quiso que sus mejillas no se tornaran rojas como el tomate.

dolce ma psicopatico ; kookgiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora