Edipo - KookGi (Terminada)

VIII

Actualidad.

El sol nuevamente salía y me golpeaba la cara por la ventana de mi habitación, arrugué la cara mientras oía a Hobi cantar. Suspiré y lo miré fijamente como si le lanzará miles de cuchillos, suspiré y luego noté que me encontraba practicamente en la orilla de la cama.

Intenté moverme y al hacerlo noté que debajo de las sabanas un pequeño cuerpo se aferraba a mi, soltando pequeños ronquidos. Era él, y yo no sabía que hacer. ¿En qué momento había vuelto?

4 de la mañana.

Corrí hacía mi casa luego de lo que TaeHyung me había dicho y con lentitud entré, notando la casa en silencio, como si no hubiese nadie, hasta que un alto ronquido me hizo reaccionar, papá dormía. Subí cuidadosamente hasta mi habitación y me quité la ropa, colocandome mi pijama.

Fui hasta la habitación de mi padre y me recosté a su lado abrazandolo para poder descansar. Sus ronquidos, como de costumbre, eran fuertes, pero era divertido verlo dormir. 

Sin poder evitarlo me estiré un poco hasta quedar cara a cara y deposité un pico en sus labios, volviendo a mi anterior posición, en donde me acurruqué y cerré los ojos. Sus manos se aferraron rápidamente a mi y finalmente, me dormí.

8 de la mañana.

Lentamente acomodé a YoonGi un poco más al medio para poder enderezarme y mirarlo. Este chico iba a matarme... Me paré de la cama y fui hasta el baño para poder asearme y descargar.

Bajé hasta la cocina en donde preparé el desayuno para mi. Me tomé mi tiempo para comerlo y al finalizar, me vestí y esperé a que YoonGi despertará. Tenía asuntos que aclarar con ese chico.

Pasaron casi dos horas y yo seguía en mi misma posición, viendo finalmente al pálido bajar por las escaleras, lucía cansado, y al verme, quedó helado, parado justo frente a la mesa. - Se dice "buenos días" YoonGi. - Hablé serio, mientras seguía mirandolo fijamente a los ojos, desafiante.

Buenos días, papá. - Susurró sin dejar de mirarme tampoco. Me levanté y tomé camino hacia él, notando como retrocedía y subía escaleras arriba, fui detrás de él hasta que lo atrapé, tirandolo al suelo.

- ¿Crees que está bien lo que hiciste anoche? - Él negó desesperado y yo lo tomé de la camisa para levantarlo, y ponerlo contra la pared. - Escuchame, eres un Jeon, no puedes ser un maricón. Tampoco eres mayor de edad para elegir cuando escapar, o lo que sea que hiciste anoche.

Él temblo, y sin siquiera hablarm empezó a llorar desconsoladamente mientras yo lo miraba estupefacto. Luego abrió su boca para hablar. - Si no vas a querer a un maricón, matame ya. - Habló entre sollozos mientras me miraba a los ojos, soltando lagrimas de a montón.

¿Qué le pasaba? solo me hacía enojar más... No podía controlar esa horrible sensación de ira que recorría mi cuerpo, y sin resistirme lo besé de manera brusca como si quisiera lastimar su boca, mordiendo y metiendo mi lengua a mi gusto, mientras apretaba su cuerpo con fuerza.

- ¿A caso esto te gusta? ¿Qué te dominen como si fueses una mujer? ¿No tienes hombría o siquiera una pizca de dignidad? - Hablé con enojo y lentamente el asintió a todas mis preguntas.

- Me encanta. - Y finalmente mi cordura se perdió por completo.