Su susurro

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Esa misma noche, sonó un mensaje en mi móvil, era Mario.Estuvimos hablando un poco de nuestras respectivas vidas. La verdad es que su historia era un poco triste, en su antiguo instituto le acosaban, por eso se había mudado a este pueblo.


Hola guapa, supongo que tú aquí tendrás amigos, ¿qué tal si quedamos mañana y me los presentas? Apenas conozco a gente de aquí. Un beso chica guapa, te quiero.


¿Te quiero? Pero, pero...si sólo nos habíamos contado un poco nuestras respectivas vidas y ya está.La verdad es que yo también le había cogido cariño y me ilusionaba que él me lo dijera, no se, me sentía especial; así que decidí que yo también se lo diría.


Hola Mario, vale, dime donde quedamos y te los presento, te gustarán. Otro beso para ti, te quiero.


Dame la dirección de tu casa y paso a recogerte.


Se la dí y de inmediato me llamó.


Mario: Paula, no te lo vas a creer, sal a la ventana de tu habitación, por favor.


Yo: ¿Pero para qué?¿Que pasa?


Mario: Hazme caso.-Y me colgó.-


Yo le hice caso, y ahí estaba, asomado a la ventana de enfrente, era mi vecino, ahora si que me podía morir alli mismo.


Mario: Hola guapa.


Paula: ¿Qué pasa? ¿Mi apodo ahora es ''guapa''?


Mario: Pues sí, ¿te molesta?


Paula: No, pero es una mentira muy grande.


Mario: Sabes que no, buenas noches guapa.


Paula: Buenas noches Mario.


Llame a mi madre para ver como iba todo en su magnífico viaje a las Islas Maldivas.


Me quedé dormida en un sueño profundo, olvidándome de que me había dejado la ventana abierta.


A la mañana siguiente al despertar, me encontré con una rosa, ¿de dónde había salido? Mi primer instinto fue mirar a la ventana de mi vecino, Mario.Y allí estaba, sonriéndome y con una libreta en la que ponía: ''Buenos días guapa, ¿te ha gustado mi rosa?''


Yo le conteste con una tímida sonrisa, y entonces fue cuando me dí cuenta de que estaba en pijama, bueno, con la camiseta ancha de mi hermano mayor, que estaba estudiando fuera.Me despedí de Mario con un adiós.


Me di una ducha, era un día de calor, así que me puse un pantalón corto vaquero y una camiseta azul de tirantes.


Bajé y me tomé un simple vaso de leche, salí a la calle justo entonces me choqué con algo que no me permitía avanzar, pues taponaba la salida de mi casa.Alguien me dijo:


-Ey guapa, otro choque.


-JA, JA, que gracioso mi vecino.


-Tu dirás a dónde vamos.


Fuimos hacia el parque.Nunca antes se me había hecho ese camino tan largo, fue largo, pero precioso a la vez, debido a que en un momento, en el que yo no me imaginaba nada, él que iba caminando detrás de mí, me cogió de la cintura mi susurró al oído un: te quiero guapa.Por primera vez había sentido su respiración entre mi cuello y mi oreja.Me puse muy nerviosa, pero a la vez estaba muy feliz.Entonces nos sonreímos y nos agarramos de la mano.


Llegamos al parque y se lo presenté a todos, menos a Paula, que ya lo conocía.


Después de una mañana de risas y momentos inolvidables, tanto como con Mario como con mis amigos y amigas, Mario me acompaño hasta la puerta de mi casa, si yo hubiera sabido lo que me esperaba en ese lugar, me hubiera desmayado antes.

Corazón divididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora