Carla

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Eran ya las ocho y cuarto, y yo estaba sin arreglarme, ¿qué me iba a poner? Pensé un rato, y mi idea fue ponerme algo simple, ¿me iba a arreglar para ese? Me puse una cosa sencilla, para estar cómoda.


Me alisé un poco el pelo y bajé, tocaron la puerta, miré mi reloj, ¿ya eran las ocho y cuarto? Pues sí. Mario entró con algo en la mano, yo intuí que era mi sorpresa.

Nos pusimos a cenar.

-Bueno....y tú eres Mario, ¿no?-Dijo mi hermano.-

-Sí, soy Mario.-Dijo el precioso Mario un poco avergonzado.-

-Bien y... ¿qué has hecho hoy?

-Ir  al centro comercial.

Yo empecé a reírme, era obvio el porqué, ¿no?

-¡¡ANDA!! ¿Y con quién?-dijo mi hermano haciendo como si no supiera nada.-

-Pu-pues con dos personas más.-Contestó con la voz entrecortada.-

Ah, que aparte de estar con Laura también estuvo con alguien más, claro, sería la prima de Laura, Carla.

-Yo ya lo sabía, y te voy a explicar las cosas guapete.-Dijo Pablo muy alterado.-A mi hermana, mientras que yo exista eso no se le hace, más te vale andarte con cuidado con ella, y como te vuelva a ver con otra chica que no sea ella tendrás problemas. Bueno, ya no, porque lo de mi hermana y lo tuyo ha acabado aquí.

-Pero yo...

-No, no te quieras exculpar ahora, vete de mi casa, sinvergüenza.-Cortó mi protector a Mario.-

Mario se fue a su casa obedeciendo a mi hermano, inmediatamente yo, subí corriendo a mi habitación. Me puse la camiseta de mi hermano con unos pantalones cortos de pijama y me tumbé en la cama pensando todo lo que había ocurrido hoy, y ahí fue cuando la primera gota, llena de rabia y sentimientos, salió de mi ojo derramándose hasta mi cuello, todo me hacía recordar a Mario.


Un pequeño ruido me hizo reaccionar y me sequé muy rápidamente las lágrimas.

-¿Se puede?-Dijo Pablo.-


-Sí, claro.-Conteste con un intento de sonrisa.-


-Sé que has llorado, tienes los ojos rojos y la nariz moqueando, anda toma.-Y me alcanzó un pañuelo.-


-Que bien me conoces.


-Paula, estate tranquila, seguro que ese inmaduro no sabe lo que hace, no puedo verte así.Descansa, mañana vienen mamá y papá.


Mi hermano se retiró de la habitación, pero antes me dio un beso, yo adoro los besos de mis hermanos, siempre están ahí para arroparme, el calor de un hermano. :')

Me dispuse a dormir cuando entró mi hermana.


-Paula, ¿cómo estás?


-Regulín, anda ven pequeñaja.-Le dije.-


-¿Quieres que me quede a dormir contigo? 


-Claro, todo un placer.-Le conteste a mi hermana.-


Mi hermana se durmió entre mis brazos, espere a que estuviera bien dormida y le di un beso en la frente. Sabía que lo que iba a hacer ahora no estaba bien, pero me asomé a la ventana para ver si estaba Mario. Y allí lo vi, mirando el móvil, suponía que era con un mensaje de Laura. Para mi sorpresa no fue así, un mensaje hizo que la pantalla de mi móvil se encendiera.

''Hola guapa, sé que estas despierta, pues te veo a través de mi ventana. No sé a qué ha venido eso de tu hermano, pero bueno... 

Sólo quería decirte que lo que ha pasado esta mañana en la puerta de tu casa ha sido increíble, y que quiero verte sonreír, tu perfecta sonrisa me enamora. Te quiero guapa.

PD: Buenas noches princesa.''

Yo leí el mensaje como unas 500 veces, pero no le contesté, yo sabía lo que había visto.

Me acosté en la cama y dormí. Esa noche dormí bien, pues mi hermana estuvo conmigo.


Corazón divididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora