La llegada de Pablo

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En la puerta de mi casa, Mario me agarra de la cintura, y me deja cuidadosamente contra la puerta de mi casa, yo estaba muy nerviosa debido a que su boca y la mía estaban a centímetros, sí, pasó, nos besamos, fue un beso precioso, con dulzura. Sentí sus labios suaves junto los míos. Nos miramos y sonreímos el uno al otro. Mario se fue a su casa, cuando ya estaba allí me guiño un ojo, yo le sonreí.


*Narra Mario*


Entré a mi casa y subí a mi habitación, la había besado, ella me enamoraba con su perfecta sonrisa y su forma de mirar y ayudar a la gente. La conocí hace poco, lo sé, pero es que desde el momento en que la vi caminando con su móvil hacia mí me enamoré, vale, sí, lo confieso, me puse yo a posta para que nos chocáramos, pero es que me encantaba. Me fui a comer y me arreglé un poco, tenía que salir, había quedado.


*Narro Paula*


Después del beso con Mario entré a mi casa, no podía dejar de pensar en otra cosa. Pero alguien me interrumpió.


-Oye, tú, si, si, tú. ¿Recuerdas que tenías a una hermana a la que tenías que cuidar?


Miré hacia arriba, y allí estaba mi hermano mayor,  Pablo.


-¡¡Pablo!!-Fui corriendo y le abracé.-


-Yo también me alegro de verte enana, ¿con quién estabas? ¿Quién era ese chico?


-Pu-pues, era un chico, nuestro vecino nuevo, se llama Mario.


-Y también es tu novio, porque ese beso...


-No somos novios Pablo, tan sólo me gusta.


-¿Tan sólo? Yo diría que estas enamorada hermanita.


-Vale, me has pillado, sí, estoy muy enamorada de él. ¿Algún problema?


Esa pregunta que le hice era estúpida, ya sabía que iba a interrogar al pobre Mario, pues mi hermano es mi protector, me defiende, aunque a veces eso me agobia, pero también amo que sea así, sé que él me cuidará siempre.


-No, pero ya sabes lo que le toca.


-Ya lo sé. ¬¬


-Bueno, ¿os apetece un helado hermanitas?


-Claro-respondimos a unísono mi hermana y yo.-


-Paula, tráete a Mario.


-Si hombre. Anda vamos.


Fuimos a tomar ese helado, mi hermano me contó que mis padres vendrían mañana, pues querían ver ya a Pablo. Mi hermano nos ofreció ir al centro comercial de compras, nosotras, obviamente dijimos que sí, invitaba él.


En el centro comercial vi a Mario con una chica rubia, de ojos claros y muy guapa, pronto me di cuenta de que era mi enemiga desde pequeñas, Laura. ¿Qué hacían los dos juntos? ¿Porque Mario estaba cogiéndola de la cintura?


Pablo: Anda Paula, esos no son Laura y Mario. ¿Qué hacen juntos?


Yo: No lo sé Pablo, ¿te crees que no me he hecho yo esa pregunta?


Mi hermano se dio cuenta de que estaba mal y me abrazó.


Pablo: Tranquila Paula.


Yo: No puedo Pablo.


Pablo: ¿Tienes su número?


Yo: Sí.


Pablo: Pues mándale un mensaje y a ver qué pasa.


Mi hermano era un chico de buenas ideas, así que decidí hacerle caso.


Le mandé un mensaje a Mario diciendo que qué tal le habían parecido mis amigos. Nada, no me contestó, Pablo me dijo que no le diera importancia, yo sí que se la daba, pero para que mis hermanos estuvieran mejor, pues hice como que no me importaba.


Llegamos a casa, y a los cinco minutos me sonó un mensaje, de Mario.


''Hola guapa, estaba ocupado, perdón. Tengo una sorpresa para darte, ¿quedamos esta noche?''


Y tan ocupado que estaba, con Laura, no te fastidia -.-''  ¿Una sorpresa? ¿Quedar con él? ¿Después de lo que había visto? Pues sí hombre...


Pero Pablo me quitó el teléfono y me dijo que sí, que quedará con él, pero en casa, así él le hacia el interrogatorio. Yo le dije que no, que no tenía ganas de verle la cara a Mario, pero como él tenía el móvil pues le contesto mi adorable hermanito. ¬¬


''Hola Mario, sí, podemos quedar, pero con una condición, será en mi casa. Te espero a las 20:30.''


Ya os dije que mi hermano era un chico de buenas ideas, así que no me enfadé mucho con él, sólo lo justo como para pegarle un empujón.

Corazón divididoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora