Let Me Love You - [CLOSED]

MinSung: "He is the chosen one"

♡ Lee Minho & Han Jisung.
♡ Blowjob/handjob.
♡ Anal sex.
♡ Minho 25 peliazul, Jisung 23 castaño.

[...]

De todos los candidatos que tenía, Minho eligió al chico de grandes mejillas.

[...]

Era una tarde aburrida para Lee Minho, pues su madre le había buscado a chicos que querían salir con él para según "agrandar la familia", sabiendo que los hombres no pueden reproducirse entre ellos. Era un pretexto para buscarle un esposo y heredarle toda su fortuna a ambos, cuando su hijo cumpla los treinta años.

— Mamá, ¿A cuántos buscaste? Ninguno me gusta lo suficiente.

Christopher Bahng tenía una linda cara, un buen cuerpo, pero era muy aburrido. No sabía sacar temas de conversación ni mantenerlas, sólo permanecían los silencios incómodos.

Seo Changbin, era musculoso, también muy guapo pero no era su tipo. Era más chistoso y podía hablar de lo que sea pero le gustaba más como amigo.

Hwang Hyunjin detrás de esa cara era alguien totalmente distinto, un egocéntrico y egoísta total. Sólo hablaba de él mismo y no dejaba hablar a Lee. Definitivamente no.

— Tranquilo, sólo queda uno, ya lo llamé. —Habló la mujer levantándose de su lugar y abriendo la puerta, para dejar pasar al último chico y luego salir.

— Buenas tardes. —Saludó con una reverencia y se sentó en la silla donde antes estaba la señora Lee, frente a Minho.

— ¿Tú eres..?

— Han Jisung, tengo veintitrés años, un gusto. —Se presentó extendiendo su mano.

Pero Lee no la tomó, sólo examinó el rostro del menor y sus facciones. Sus ojos eran grandes, al igual que sus mejillas que parecían ser suaves, su labio superior era más grueso que el inferior.

Curioso.

A este punto Jisung estaba ligeramente nervioso, sintiendo la mirada de Minho sobre él, analizándolo profundamente.

— ¿A qué te dedicas? —Preguntó sin dejar de observarlo.

— Bueno, yo voy en tercer año de arquitectura en la universidad, señor. También tengo un trabajo como repartidor de comida, para pagar mis estudios.

Bien, empieza la conversación.

— Te voy a explicar como es esto. Si sales conmigo tendrás autoridad sobre mis guardaespaldas y demás empleados. Ven.

Ambos se pusieron de pie y empezaron a caminar por el gran patio de la mansión.

Lee aprovechó para observar detalladamente a Han de pies a cabeza; a decir verdad tenía un cuerpo muy curvilíneo, una estrecha cintura y unas piernas bien formadas, un gran trasero también. De verdad que era alguien muy lindo. Él parecía ser más humilde que sus candidatos anteriores.

A medida que explicaba pensaba en todo lo que podría hacer con él, era inevitable.

— Entiendo, señor Lee. Si usted me diera la oportunidad no lo defraudaría nunca.

— Hmm... ¿Nunca? —El menor asintió.— Bueno, ahora... De rodillas.

— ¿D-de rodillas?

— Mmh.

Han predecía lo que estaba por pasar, ya había visto como salían los hombres anteriores de la sala de esa mansión: avergonzado, alegre, indignado. Supuso que tal vez él sería el elegido.

Sin decir más obedeció, después de una seña del mayor comenzó a desprender su pantalón.

— ¿Sabes que debes hacer?

— Si, señor Lee. Creo que si.

Bajó el pantalón y el bóxer del peliazul, su longitud lo golpeó en la cara. La tomó y lamió la punta, la besó e introdució su falo en su boca, haciendo jadear al mayor.

¿Estaba apunto de chupársela en el patio trasero de la mansión Lee, detrás de un árbol? Por supuesto.

Poco a poco aumentó de velocidad, chupando con fuerza mientras su cabeza iba y volvía, de vez en cuando prestándole atención a sus testículos.

— Eso es... Sigue así, no pares.

A este punto los ojos de Jisung estaban llorosos mientras Lee sujetaba su cabello para tomar todo de él.

— Ya está. Ahora... una última prueba.

Ayudó a Han a levantarse y le dió una indicación para que se quitara su pantalón y ropa interior, Lee se sentó justo detrás del árbol sin importarle que su propio pantalón se ensucie, y luego ya tenía a Han sobre él.

Minho lo besó sin importar que pudiera probarse a sí mismo, los labios del castaño eran irresistibles. Después de todo, esos labios encajaban perfectamente con los suyos.

En medio de sus besos, el menor tomó el atrevimiento de posicionar el miembro contrario en su entrada para luego sentarse sobre ella. Ambos gimieron suavemente.

— Hm. Qué atrevido, Jisung.

El nombrado gimió en respuesta, moviéndose lentamente para acostumbrarse al tamaño del peliazul.

— ¿Estás desesperado?

Jisung gimió otra vez, era lo único que podía hacer con un pene de unos veintitrés centímetros dentro de él. Sus juguetes no eran nada comparado a Lee Minho.

— Mhm.. S-señor, es... maravilloso...

— ¿Verdad? Sigue moviéndote y será mejor.

Hizo lo ordenado, subió y bajó sobre su longitud, aumentó la velocidad comenzando a saltar sobre los muslos del mayor con cada vez más fuerza y dureza.
Minho también lo sujetaba de la cintura, ayudándolo a subir y bajar.

El calor de sus cuerpos crecía cada vez más, ambos estaban cerca y lo sabían, aún así, ninguno quería parar.

— S-señor... Ya casi v-voy a-

— Hazlo.

Con un fuerte gemido ambos se corrieron juntos. Jisung se recostó unos segundos sobre el hombro de Minho para calmar su respiración, Lee acarició su cintura un rato, luego se pusieron de pie y acomodaron sus ropas.

No se habían dado cuenta de que estaba atardeciendo, así que vieron juntos el atardecer y después de eso volvieron a la mansión.

— ¿Ya decidiste, Min? —Habló la señora Lee cuando los vió entrar.

— Él es el elegido, mamá.