Capítulo 3

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La cita ocurre aproximadamente un mes y una semana después, lo que es bastante revelador de lo ocupada que es la vida cotidiana del profesor.

Ocurre por la noche, como ya le había mencionado Louis, y en una dirección en el lado opuesto de la ciudad. Realmente no le molesta. Harry se ha convertido en un buen amigo de las noches de insomnio y es posible que haya pasado algunas de ellas conduciendo, disfrutando de la tranquilidad y el vacío de las calles.

Sin embargo, durante esas dos semanas, Harry se enorgullece de decir que han hablado casi constantemente. O bueno, tan constantemente como pueden. Louis está ocupado con las prácticas y las clases y, francamente, también puede ser muy olvidadizo, por lo que Harry a menudo termina recibiendo una respuesta horas más tarde a pesar de que el mensaje está marcado como "leído" casi en el momento en que lo envía. No le importa, en realidad no, a pesar de las veces que Gemma se burla de él diciéndole que parece un cachorro perdido cuando no recibe una respuesta de inmediato. Resulta que encontrar sus palabras en el texto y con una pantalla entre ellas es más fácil que tratar de ligar cara a cara. Por lo general, ni siquiera es del tipo que se traba la lengua y, sin embargo, Louis simplemente lo hace sentir como un adolescente al que su primer enamoramiento real ha golpeado en la cara.

No hay luz en el estudio cuando Harry finalmente entra, pero no es pura oscuridad lo que lo recibe.

Un lado de la habitación solo está formado por ventanas, lo que permite que la luz de la luna bañe la habitación con un sutil brillo. La música es baja, apenas audible por encima de los latidos de su corazón que martillan con fuerza en sus oídos al mismo tiempo contempla la vista que tiene delante.

Louis baila como si la gravedad no existiera. Harry no es ni un gran escritor ni un gran profesional, por lo que no tendría otra forma de describir la forma en que Louis parece volar por el estudio. Sus pies apenas tocan el suelo mientras se desliza y salta al ritmo de la música. Casi siempre tiene los ojos cerrados, confiando por completo en sus extremidades para atraparlo naturalmente y mantener el equilibrio. Y luego se detiene, como si sintiera una nueva presencia, y sus ojos se encuentran.

Harry respira, solo ahora se da cuenta de que lo había estado conteniendo. El azul de Louis parece brillar de alguna manera a pesar de la falta de iluminación en la habitación y luego sonríe, saltando hacia él.

—Llegas tarde—, sonríe el profesor de ballet, inmediatamente agarrando sus manos y jalándolo hacia adelante. Harry lo sigue—. Ahora, no te quedes ahí parado, Harry, baila conmigo.

Eso inmediatamente saca a Harry del trance en el que Louis lo había puesto con su baile. Frunce el ceño.

—Yo no bailo. No puedo bailar, mejor dicho.

Louis niega con la cabeza como si eso fuera algo en lo que pudiera estar en desacuerdo.

—Eso no es lo que me dijiste. Ya sabes, ¿la razón por la que estamos aquí?

Bien. Harry se había olvidado de alguna manera que había accedido a esto por capricho solo para ver al otro hombre sonreír.

—Uh, me estaba adelantando, realmente no quieres verme intentar bailar, soy horrible.

Louis hace un puchero y niega con la cabeza una vez más.

—Si tu sobrina de cinco años puede manejar mis clases, tú también puedes—, responde—. Y necesito verte con un tutú ahora, no te vas a librar, pero de ninguna manera te dejaré tomar prestado uno sin saber al menos algunos conceptos básicos.

Oh Dios, ¿en qué se ha metido? ¿Por qué es tan débil para esos ojos azules y esas delicadas manos?

—Bueno, no te he visto en uno, no es justo—, señala Harry y luego siente que se sonroja solo ante la imagen que su cerebro le proporciona.

Slow Dance In The Dark • [ls ; traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora