MIJAIL VOLKOV (+21) Terminada ✔️✔️

✨11. No lo amo✨

CAPÍTULO 11

Esto no me puede estar pasando, si algún Dios me escucha, ¡¿Que mierda hice para merecer esto?!

¡Santo Dios de las vírgenes no vírgenes, ayúdame!

Mis manos sudaban y un nerviosismo notorio recorrió todo mi cuerpo, al parecer Mijaíl lo notó, ya que me atrajo pegándome hacia él marcando así su territorio.

—Mucho gusto—, manifestó, tranquilo, Francesco. Su mirada es fría y su presencia imponente a tal punto que me remuevo al momento de que sus labios tocan mi mano derecha, su mirada y la de Mijaíl se encuentran por un momento como una especie de batalla por el poder.

—El gusto es mío, señor—, respondo lo más seria posible. Se veía jodidamente sexy, su cabello rubio recorrido en una coleta baja, una chaqueta de cuero que lo hacía lucir como un maldito chico malo, bajé la cabeza y tragué en seco cuando veo la mirada oscura y penetrante de Mijaíl y sus cejas fruncidas.

Pero, ¿cómo hizo Alexander para que Mijail no se dé cuenta que él era mi jefe? necesito averiguar esto inmediatamente.

Me remuevo en mi asiento incomoda por la mirada de odio de Mijaíl hacia Francesco, al cabo de un rato de platica, a la reunión se había sumado Ricardo Alonso, el jefe de la mafia colombiana, Mateo alias «Chacho» el jefe de la mafia mexicana, Jasón Witt el nuevo remplazo del antiguo jefe del cartel de Estados Unidos, por lo que escuché su padre había muerto por manos de la interpol y ahora él estaba en el trono.

—Necesito que me digas, ¿que tanto le veías a Francesco? —me pregunta Mijaíl apretando mi pierna a tal punto que un sollozo sale de la nada haciendo que todos los presentes nos miren.

—Lo siento, —me quedé pausada apretando mis ojos por un momento. —Tengo un fuerte dolor de estómago, creo que la cena me ha caído mal—Mijaíl suelta una sonrisa de burla, Francesco lo mira de reojo y su mirada y la mía se encuentran, pero inmediatamente bajo la mirada para no hacer enojar a Mijaíl, me levanto inmediatamente para ir a buscar un baño, necesito refrescarme un poco.

—¡Qué bien mientes! —escucho a alguien hablar detrás de mí, —pero yo te conozco y sé que no dices la verdad—masculle Francesco haciendo que me exalte por su presencia.

—¡¿Qué haces aquí?!—Vomito asustada, tomándolo del brazo y entrándolo al baño para que nadie nos vea.

Su mano toca mi mejilla.

—Vine a hablar contigo, —comienzo a asustarme, si Mijaíl nos ve aquí hablando de seguro ataría cabos y se dará cuenta que Francesco es Alexander y podría matarnos a los dos y de paso a mi madre.

—Alex...—me corrijo al instante—, Francesco, no tengo nada de qué hablar contigo—. Trato de salir, pero la mano de Francesco que me sujeta atrayéndome hacia él, puedo sentir como su respiración se acelera y comienzo a sentir una corriente eléctrica pasar por todo mi cuerpo.

—Mijail...él...me puede hacer daño si nos ve así, Francesco—él niega con la cabeza.

—Yo te protegería—, alcé la mirada pudiendo ver en sus ojos llenos de un brillo inexplicable.

—¿Por qué jamás me hablaste que tenías novio, pero sobre todo que era el jefe de la mafia rusa? —su pregunta me obliga a separarme de él, observo mi teléfono y me doy cuenta que he estado mucho tiempo aquí con encerrada en el baño, de seguro Mijaíl ya se dio cuenta de que ninguno de los dos está, abro mis ojos y comienzo a caminar dando círculos dentro del baño.

Mis manos tocan mi pecho al no poder respirar.

—¿Qué sucede? —me pregunta el italiano tratando de adivinar que pasa por mi cabeza.