girasoles y rosas rojas

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Era un día radiante y George se levantó con mucho ánimo, a pesar de no haber logrado dormir del todo bien debido a la sensación de felicidad que no lo dejó cerrar los ojos y caer en un profundo sueño.

Solo tenía en mente el recuerdo del guapo y amable chico que le había regalado las lavandas y narcisos que ahora reposaban en un florero en su mesita de noche. Había pasado gran parte de la madrugada admirando las flores, mientras una sonrisa se asomaba en sus labios. El tarareo del rubio se reproducía en su mente, y deseaba algún día escucharlo cantar de nuevo.

Necesitaba volver a verlo.

Ahora.

Después de levantarse, George se vistió con sus mejores ropas y se dirigió al salón principal del palacio. Allí, su mayordomo Mark le esperaba con el desayuno.

-Muy buenos días, Su Alteza- dijo Mark mientras le servía una taza de té.

-Mark, por favor llámame George- respondió el príncipe.

Mark asintió y continuó -¿Cómo ha pasado la noche? Hoy luce muy feliz.

-Muy bien Mark gracias ¿y tú?. Hoy estoy feliz gracias por notarlo.

-Me alegro príncipe, hace mucho no lo veía sonreír así.

-¿De verdad? Debe ser porque ayer salí del palacio, me agradó conocer gente- explicó el castaño comiendo del picadillo de muchas frutas que habían preparado para el -Me gustaría visitar el orfanato hoy, quiero comprobar que todo esté en orden y no les falte nada a los pequeños.

-Eso es muy buena idea Su Alteza, enviaré al mensajero a que de la noticia y lo esperen- informó Mark, pero George se apresuró en negar con la cabeza mientras se apuraba en tragar el té.

-No, quiero que sea una sorpresa. Debemos verificar que todo allí esté en orden y la mejor forma es llegar de la nada-.

-Está bien. ¿Desea ir ahora en la mañana o después de almuerzo?

-Ahora mismo- habló George intentando no lucir demasiado emocionado, pero sus mejillas ya lucían coloradas.

-Prepararé el auto y daré aviso a los reyes. Con su permiso.

El príncipe asintió y se apresuró a terminar su desayuno, aún tenía que lavarse los dientes y peinarse antes de partir. Antes de realizar todo eso, pidió en la cocina que empacaran algunas frutas.

¿Le gustarán las frutas a Dream?

Tendría que averiguarlo.

[🌻🌹]

-¡Wow! ¡Sí que mejoraste, Dream!- halagó Karl, mirando al concentrado ojiverde mientras colocaba los últimos narcisos en la corona.

-¿De verdad crees eso?

-Sí, ¿cómo aprendiste tan rápido? Además, trenzaste de una forma diferente a como te enseñé.

-El príncipe me aconsejó- sonrió levemente, recordando aquellas delicadas manos rozándose con las suyas.

-¿El príncipe George?- soltó sorprendido Karl. -¡Ay! Él es tan precioso y tan amable- suspiró, posando sus manos en su mentón mientras apoyaba sus codos en el mesón.

-Que no te escuche Sapnap- advirtió divertido Dream.

-Ya lo escuché- el más bajo entró por la puerta trasera, luciendo indignado.

-Mi lindo gatito, ven aquí- llamó Karl, abriendo sus brazos para recibir a su novio.

-Te estás portando mal, Karl. Ya te dije que no puedes mirar al Príncipe.

princes and flowers ; dreamnotfoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora