La resurrección del niño perdido

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Cuentan que hace mucho tiempo existió una madre que esperaba con ansias la llegada de un hijo. Lo habia visto por ultima vez en su memoria. Es como si lo viera todos los días pero aun así sintiera que nunca hubiese vuelto. Recordaba cuando habia ido a pasear por el mundo, como no le gustaba tocar la nieve, su forma de caminar, de expresarse, su comida favorita y hasta hipotetizaba sobre lo que pensaba en un momento determinado y lo que sentía al respecto. No entendía como podía existir alguien que no lo recordara de esa manera.
Y sin embargo parecía como si no existiera ya, o se habia quedado estancado en la mente de quien rememora el pasado de manera un tanto nostalgica. Es como si no lo encontrara o se negara a entender que ese niño habia cambiado y que muy posiblemente ella tambien debía aceptarlo. Porque como en la historia de frankestein, el querer resucitar a ese niño perdido a veces esconde tras de si el miedo a pensar en el encuentro con el adulto.

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