I'll love you [2min].

Capítulo III.

💮 Capítulo II. 💮
El famoso Tutor Choi.

—Demonios.

MinHo, despegó la vista del libro, que tenía al frente y se acomodó las gafas sobre el puente de la nariz. Escaneó a JongHyun y sonrió suavemente al notar las marcadas y oscuras ojeras bajo sus ojos.

—¿Día difícil?— le preguntó.

JongHyun gimió de frustración pura y dejó caer su cabeza sobre la mesa, cubriéndose la misma con ambos brazos. MinHo suspiró, marcó la hoja en donde iba y dejó el libro de lado, para poder estirar su diestra y con parsimonia, acariciar el cabello ajeno. Enterrando sus dedos en las hebras plateadas de su amigo.

Jjong relajó el entrecejo ante el toque y se movió en busca de más contacto como un cachorro pequeño. Uno que podía llegar a ser bastante huraño al estresarse.

MinHo soltó una risita baja. Divertida, pero no se detuvo y siguió peinándole con sus dedos.

Su padre y SooYoung, solían decirle que tenía una facilidad increíble para calmar y reconfortar a las personas, por muy alteradas que estás mismas se encontrarán en solo unos minutos.

Probablemente, era por su manera tranquila y ciertamente muy pacífica de ser, la mayoría del tiempo claro, porque como todo ser humano tenía sus días malos. Días en los que su mal humor no era ninguna broma y él mismo no sabía cómo lidiar con dicha sensación.

—Ugh, ¿día difícil?— JinKi apareció por el otro costado, dejó sus cosas sobre la mesa, sentándose junto a MinHo y enfocó su mirada en su abatido amigo.

—Algo así— JongHyun configuró una sonrisa que más bien, tenía la pinta de una ser mueca llena de diversión.

JinKi y MinHo, tenían una manera tan extraña de ser entre ellos, y es que eran muy similares, pero distintos a la misma vez. Compartían demasiados gustos e intereses, pero sus actitudes y personalidades ni siquiera eran del todo compatibles.

Lo que resultaba ser una peculiaridad en todo sentido dado que de entre los tres, eran precisamente ellos dos los que tenían una relación mucho más estrecha y mimetizado.

A tal extremo en el que podían llegar a la misma conclusión con facilidad y una precisión increíble. Justo como en ese instante.

—¿Quieres contarnos, uh?— JinKi le cuestionó.

JongHyun se erguío rápido y asintió, haciendo que MinHo se apartará y se acomodara de mejor manera en su asiento para poder escuchar, la que muy seguramente sería una enorme queja. MinHo apartó rápido su mano y le sonrió, siendo correspondido casi al instante.

—Estoy trabajando con JunMyeon en un proyecto que se entrega al final de este mes y es horrible— comenzó el peliplata. Cuando el nombre de ese sujeto salía a relucir, la cosa se ponía muy seria —No hace nada, de nada y como nadie lo quiere como pareja de trabajo...

—¿Y cuándo ha hecho algo?— el mayor comenzó a buscar su billetera, dentro del agujero negro que era su mochila. MinHo no pudo estar más de acuerdo con eso.

—Tienes mucha razón— JongHyun resopló. Desde que había conocido a JunMyeon, su relación era pésima en todos los sentidos.

Y es que puede que el ‘Número 8’, se encontrará ya en su quinto año, pero aún tomaba varias clases con los de cuarto año. Lo que jodía a JongHyun, porque, como el Representante de su Generación, se tenía que hacer cargo de los alumnos que iban rezagados y requerían, retomar unidades con su aula.

Tenía que ser amable y asegurarse de que todos los demás, tratarán bien y apoyarán a los recursadores.

Motivo por el cual de una u otra forma siempre tenía que estar en constante interacción con el jugador del rugby, le gustará o no. Quisiera o no.