Capítulo V.

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💮 Capítulo V. 💮
Pequeños cambios.




Cuando TaeMin se dio cuenta de la hora, no pudo evitar sorprenderse por lo tarde que ya era.

—¡Demonios!— mascullo muy bajito, entre dientes, cuando pudo revisar su celular, el cual se había quedo dentro de su mochila en la oficina del padre del tutor, cuando había ido a recoger sus cosas para marcharse finalmente a casa.

Jamás había imaginado que pasar el día en compañía del tutor Choi, fuese hacer tan divertido y aun menos, que le haría perder de forma considerable la noción del tiempo.

Pero es que viéndolo jugar en contra de los diez novatos de Policía, uno detrás de otro, sin perder ni una sola vez mientras oía las curiosas como divertidas y caóticas anécdotas del Comandante Lee, sobre su trabajo, se había olvidado de que solo estaba ahí por una simple tutoría.

Aunque, -probablemente-, los más de nueve litros de cerveza que se había bebido, bien habrían ayudado a que se sintiera bastante cómodo.

Pues cada que uno de los policías veía su tarro vacío, pedían que se lo llenaran de nuevo y de esa forma, había terminado muy ‘achispado’ sin proponérselo. A pesar de todos sus intentos por demorarse en terminar cada tarro con tal de evitar, que le sirvieran nuevamente.

Lo que había sido un rotundo fracaso.

También tenía que admitir, que había sido entretenido observar de primera mano el potencial del tutor Choi para el billar y aunque, al final ya no había podido jugar contra él, estaba seguro de que bien podría ganarle fácilmente si se lo proponía.

Podían llamarlo arrogante, sí y ¿qué? Desde niño solía ser alguien confiado y seguro de sus habilidades. Excepto para la filosofía, al parecer.

En su defensa, tenía que aceptar que era mucho más bueno en las cosas físicas, en los deportes, más que en cosas teóricas y reflexivas.

—¿Qué sucede?— MinHo lo miró, curioso, con las mejillas -ligeramente- teñidas de rojo, por el calor que hacía ahí, en el interior del club.

El cual para esa hora se encontraba bastante abarrotado y sí también, por el escaso alcohol que ocurría en sus venas.

—Me van a matar cuando llegue a la casa…— sentenció TaeMin, mirando las más de veinte llamadas perdidas y los más de quince mensajes que su primo le había dejado.

El de gafas, hizo una mueca al mirar la pantalla del móvil ajeno sobre la cabeza de este mismo, gracias a su altura.

—Creo que lo mejor será, que te llame un taxi— le sugirió, mientras tomaba su propio celular, para pedir el vehículo —Dile, que ya vas en camino.

El jugador se relamió los labios y tecleo un par de mensajes rápidos en respuesta, asegurándole a Baek que estaba bien y que iba en camino, pero no le dijo en qué en donde estaba. Ni mucho menos con quién.

Esas eran cosas que a BaekHyun poco debían de importarle después de todo.

El menor simplemente le pidió que se diera prisa y que no se entretuviera más, lo que le pareció sumamente extraño. Pero no tanto como el hecho de que BaekHyun, se encontrará en el departamento esa noche y no en un bar de fiesta, como bien era su costumbre.

Cerca de unos diez minutos más tarde, aunque el ambiente del Delux se le había antojado muy divertido, se despidió muy efusivamente de todos los policías y así mismo de SiWon. Y junto a MinHo, salió a esperar el taxi. En la acera.

I'll love you [2min]. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora