Al final del relato de Bell, contó cómo llegó a Orario la que sería su futura y verdadera Madre.
Jeanne sólo sabía, gracias a la recepcionista, sobre los vandalismos, destrucción de casas, desaparición de armas y armaduras y los aventureros golpeados. Pero sobre todo la profanación de la estatua de Meteira, su amiga.
Jeanne no mentiría, a ella le molestaba la forma en la que la ciudad veía a Meteira. Como una diosa purificadora y adorada. Algo que le daba asco, no por ella, sino por la gente que era demasiado ingenua, que no tenían nada mejor que hacer que seguir el trasero de Meteira como unos perros falderos. Y lo peor de todo es que ella no hacía nada al respecto para corregir ese comportamiento de estas estúpidas personas, es más, le gustaba, lo gozaba, algo que hacía que ella perdiera poco a poco el respeto que le tenía. Y al parecer alguien se arto de ella y de la ciudad y trato de hacer algo al respecto y es por eso que quería conocer a ese tal Adramelech.
Lo primero, ir a la sede de las Familias Zeus y Hera para reportar su regreso y de paso ver que paso en todo este tiempo que no estuvo.
Ella se había ido por un asunto familiar. Uno increíblemente delicado que resultó demasiado mal y decidió volver para estar con sus amigas. Un fuerte dolor apareció en su pecho al recordar su viaje y el resultado que tuvo. Pero decidió ignorarlo y seguir caminando. En su trayecto todos se le quedaban mirando, ya sea por su belleza o porque sabían quién era. Miradas de admiración y respeto recibió por parte de los veteranos, pero de los más jóvenes recibió miradas desagradables, pero nada que una mirada asesina no los hiciera mojar sus pantalones.
Ella llegó sin problemas a la sede topándose con los guardias, los cuales al reconocerla se paralizaron sin poder creer que ella había vuelto.
Jeanne: Hola chicas -saludo sin más para entrar a la sede-.
Ambas mujeres no pudieron devolverle el saludo ya que seguían paralizadas por la increíble presión que emite. Ellas entraron a la Familia Hera después de que ella se fue pero toda mujer que entró a la familia sabe de ella.
La rubia entró a la sede como si nada y fue directamente a la oficina de Hera. Pero pudo notar como la sede está en un estado distinto, destrozada, pudo notar como algunas paredes estaban rotas al igual que algunos vidrios, algunas habitaciones que estaban abiertas las encontró destrozadas y por la ventana pudo ver una pila de cosas quemadas.
Rápidamente llegó a la conclusión de que el responsable de esto era ese tal Adramelech. Ya que debido al vandalismo de la estatua de Meteira pudo notar que esa persona tenía algo en contra de la reina blanca.
Antes de llegar a la oficina de Hera pudo escuchar dos voces diferentes que se notaba que estaban discutiendo ya que gritaban como locos.
El se acerco hasta que escucho….
¡¡Vete a la Mierda Hera!!
¡¡Vuelve aquí, aún no hemos terminado!!
Jeanne reconoció esa voz y jamás creyó escucharlo decir eso. Vio como el dios pervertido salió de la oficina de Hera azotando la puerta con tanta fuerza que casi la rompe. La rubia tenía los ojos enblanco ya que el dios pervertido que siempre intento verla desnuda en las duchas hace años estaba realmente furioso.
Jeanne: vaya vaya, Zeus, quien le tiene miedo a las mujeres acaba de insultar a su esposa ¿quien lo diría? -le hablo con cierta diversión en sus palabras-.
Zeus: ¿ahora que? -se dio la vuelta- ya tuve suficnte con la idiota de tu diosa y ahora tu vienes a……-se quedo callado ya que reconocio a la persona en frente de él-.
Jeanne: veo que es con toda mi familia.
Zeus: J-J-Jeanne ¿volviste?.
Jeanne: no idiota me fui.
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Sona: (ahora se de quien sacó su actitud sarcástica) -pensó recordando las veces en las que Bell le hizo el sarcasmo-.
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Zeus: realmente es inesperado -dijo aun sorprendido-.
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No Estamos Solos [Cancelada]
RomanceUn joven con una promesa que cumplir y una meta por alcanzar. Una peligrosa y solitaria depredadora cuya vida pende de un hilo. El destino los juntara.