006﹒night

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-No saben lo mal que la pasé -contaba Quackity -. No conocía a nadie en mi equipo y estaba solo. Menos mal que al final ganamos.

-Yo también lo pasé muy mal -confesó Wilbur -. Sobre todo, por... Tommy.

El estómago de George se revolvió en cuanto escuchó su nombre.

-A ver, yo me quejaba de que Tommy era un mal compañero de litera, pero tampoco hacía falta matarlo -se quejó Tubbo, intentando aligerar el ambiente. Wilbur soltó una risita pero el aire seguía tenso.

Los chicos se quedaron mirando al suelo, sentados en sus literas.

-Bueno, quizá sería hora de irse a dormir -comentó George.

-Por favor, jugadores, dirigíos al centro de la sala -la voz de un guardia sonó amplificada por la estancia.

George frunció el ceño, confundido. ¿Qué iba a ocurrir ahora?

Los cuatro chicos bajaron de sus literas y se colocaron donde los guardias habían ordenado.

-Jugadores, como recompensa por haber terminado el tercer juego -la voz del guardia sonó en los altavoces -, esta noche podréis descansar con tranquilidad. Buenas noches.

Y dicho eso, ante la confusión de los jugadores, las luces se apagaron de pronto.

En cuanto George recordó lo que le había dicho Dream, supo que aquella noche iban a hacer de todo menos dormir.

El chico pegó un grito cuando escuchó una ráfaga de disparos de los guardias.

-CORREEED -gritó, agarrando a Wilbur de un brazo y a Tubbo del otro y arrastrándolos hacia una esquina de la sala.

Los disparos resonaban en sus oídos, asustándolo aún más de lo que ya estaba. Quackity corrió detrás de los tres chicos, protegiéndose como pudo. El grupo se refugió en una esquina entre una columna y una litera para recuperar el aliento y tranquilizarse.

-¿QUÉ MIERDAS ES ESTO? -preguntó Wilbur -. ¿QUÉ COJONES PASA?

-CALLAOS TODOS, NOS VAN A ESCUCHAR -gritó Tubbo, pero un guardia ya los había visto. Comenzó a dispararles balas en ráfaga, por lo que los chicos comenzaron a correr de nuevo, intentando esquivarlas.

Corrieron hacia la siguiente columna y se refugiaron allí. Las columnas eran un ángulo muerto para muchos de los guardias, por lo que no estaban seguros del todo, pero sí más seguros que corriendo por ahí. También había la posibilidad de que los guardias los acorralaran, pero la veía poco probable.

-Vale, los guardias simplemente están pegando tiros a todas las personas que ven por ahí -dijo Tubbo, gritando por encima del ruido de disparos -. Solo tenemos que aguantar sin que nos vean para que no nos maten. Es relativamente fácil si lo comparamos con lo que llevamos haciendo hasta ahora.

-¿Fácil? -preguntó Quackity -. HAY UN MONTÓN DE GUARDIAS CON ESCOPETAS PEGANDO TIROS COMO BORRACHOS ¿Y TE PARECE FÁCIL?

-NO GRITES -chistó Wilbur -. Mientras no nos encuentren, todo perfecto.

-De hecho, creo que ya nos han visto -Tubbo señaló hacia un guardia que los apuntaba. El grupo volvió a correr de nuevo, pero por desgracia la columna más cercana estaba ocupada por otras personas, por lo que tenían que arriesgarse y pasar por el centro para llegar a la siguiente.

-Tenemos que correr todo lo que podamos -dijo Tubbo -. Si a alguno de nosotros nos disparan, seguís corriendo. No os quedéis quietos porque lo más probable es que os maten a vosotros también.

George estaba listo. Sabía perfectamente que no lo iban a conseguir todos, el centro de la sala era una fiesta de tiros y era imposible pasar por allí intacto.

-A la de tres -dijo Tubbo -. Uno...

-Dos... -dijeron Wilbur y el chico al mismo tiempo -. Tres...

-¡YA! -gritó George, comenzando a correr al lado de los tres chicos.

Corrió todo lo rápido que pudo, esquivando a los guardias, pero sus suposiciones terminaron siendo ciertas.

George escuchó un balazo muy cerca de él y comenzó a notar un dolor insoportable en la pierna. Cayó al suelo al perder el equilibrio y gritó con fuerza.

Le habían disparado. Estaba muerto.

Vio cómo Wilbur, Tubbo y Quackity se alejaban corriendo. Wilbur se giró y lo vio en el suelo y dudó durante unos segundos. George rezó para que siguiera y, para su alivio, lo hizo. Los tres chicos llegaron a la columna y dieron un grito en cuanto vieron a George en el suelo, sangrando.

-¡George!

El corazón del chico dio un vuelco cuando escuchó la voz de Dream por encima del ruido de balazos. Se giró hacia la procedencia de la voz y vio al rubio corriendo hacia él, cargando su escopeta. Se acercó a George y lo levantó sin problemas.

-George, ¿estás bien? -la preocupación en su voz sonó más de lo que había pretendido.

-Sí, solo me duele la pierna -dijo el chico, dejando que Dream lo cogiera en brazos.

-Tranquilo, te curaré -contestó Dream, avanzando entre los disparos con George en brazos. El chico se aferró al cuerpo del rubio, hasta entonces no se había dado cuenta de que sus piernas temblaban y tenía la respiración acelerada.

Dream entró a lo que parecía una enfermería que estaba vacía. Lo dejó cuidadosamente en una camilla y fue a por alcohol y unas pinzas para quitar la bala.

-Bueno, esto te va a doler un poco -advirtió, poniéndose unos guantes -, pero es probable que te mueras si no lo hago.

Dream subió la pierna del pantalón de George y echó un poco de alcohol en una toallita. Comenzó a desinfectar la herida con cuidado, lo que hizo que George diera un grito.

-Agárrame de la mano si quieres -dijo Dream, ofreciéndole su mano libre. El chico la tomó y la apretó con fuerza, intentando no gritar.

Una vez Dream desinfectó la herida, tomó las pinzas bajo la horrorizada mirada de George.

-Obviamente hay que quitarte la bala -se explicó al ver su cara.

Volvió a ofrecerle su mano, la cual George tomó de nuevo con fuerza. El moreno se mordió el labio inferior para no gritar mientras Dream sacaba con cuidado la bala de su pierna.

Sin decir nada más, Dream fue a por algún trozo de tela que hubiera por la habitación. Encontró algo de tela blanca, la cual usó para colocarla en la pierna de George. Hizo un nudo en la parte trasera y se aseguró de que no se fuera a deshacer.

-En principio, ya estaría -finalizó Dream.

George se sentó en la camilla y tiró de la mano de Dream hacia él. En cuanto el rubio se acercó, George estiró sus brazos y lo abrazó con fuerza.

-Si no fuera por ti, estaría muerto -murmuró.

-No tienes que darme las gracias -dijo Dream -. Me gusta cuidarte, no es la primera vez que lo hago.

-Lo llevas haciendo literalmente desde el primer día -se rio George.

-Y no me importaría hacerlo más veces.

George le sonrió al chico.

-¿Me echarás en falta cuando muera? -preguntó George.

La sonrisa en el rostro de Dream se desvaneció rápidamente.

-Um, bueno, yo confío en que puedes ganar -dijo, pero George negó con la cabeza.

-No lo creo.

-¿Entonces por qué entraste aquí si no es para ganar?

George suspiró.

-Es... una larga historia -contestó.

-Yo estaría dispuesto a escucharla -dijo Dream.

-Pues no lo vas a hacer hoy -George se levantó y, con una mueca de dolor, comenzó a caminar fuera de la enfermería. En la sala ya no se escuchaban tiros, por lo que supuso que aquella terrible noche había terminado.

-Bueno, pues nos vemos luego, George -se despidió Dream.

-Nos vemos luego, Dream -se despidió George.

𝗽𝗹𝗮𝘆𝗲𝗿 𝟭𝟴𝟳  [ 𝖽𝗋𝖾𝖺𝗆𝗇𝗈𝗍𝖿𝗈𝗎𝗇𝖽 ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora