El amor es como una rosa, cuando nace esta es hermosa, roja y elegante, aunque también dolorosa.
A medida que pasa el tiempo, hay que echarle agua a la flor para que no se marchite y así sigue estando igual de hermosa que el primer día.
Las espinas de una flor, esas espinas las cuáles te hacen daño con tan solo tocarlas, esas mismas espinas que están junto a la hermosa flor, esas espinas que a veces te hacen llorar, son las mismas espinas que te encantan de esa flor.
El amor es como una rosa, cuando una relación nace es hermosa, tierna y acogedora, pero también dolorosa.
A medida que pasa el tiempo, para que el amor sigue estabilizado, hay que demostrar afecto, para que esa relación sigue igual que el primer día.
Desacuerdos, los mismos desacuerdos que te hacen daño cuando peleas con esa persona que tanto amas, esos desacuerdos a los cuáles no puedes ignorar, esos mismo desacuerdos los cuáles provocan la ruptura de esa relación tan linda.
El amor y la rosa son iguales, cuando nace es hermosa y acogedora, pero con el paso del tiempo, muere. Si no le echas mucha agua, irá moriendo poca a poco, siendo una muerte lenta y dolorosa.
Pero si le echas demasiada agua se ahogará, provocando que muera rápidamente.
Es lo mismo con el amor, si no demuestras afecto, la relación se va deteriorando, siendo como una muerte lenta, pero si demuestras demasiado amor llega a ser agobiante, provocando que sea una muerte rápida. 🌹