El amor es como una llama de fuego, cuanto más leña le echas, más crece.
Pero el invierno no falla, y el duro frío logra extinguir poco a poco esa dulce llama.No hay forma de volver a inflamar esa dulce llama nuevamente, una vez apagada, no hay forma de volver atrás.
Si una llama es apagada, es posible encender otra; eso sí, no sería la misma que la anterior.