Prólogo

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Ben es perfecto. Es la clase de chico con el que sueñas salir desde que estás en la primaria. De esos que te pintan en las películas y los libros románticos . Es atento, agradable, tiene una personalidad con la que cualquiera se siente a gusto, sin necesidad de tener múltiples facetas. No es que no sea un ser profundo que vas descubriendo, es solo que no está ocultando nada.

No puedo decir que es el destino lo que nos unió. No creo en el destino, creo en hacer que las cosas pasen. Ben por otro lado, asegura que el destino me llevó a esa cafetería, a esa mesa, a esa hora exacta con esa revista en mis manos. Que el mismo destino lo llevó a él a voltear hacia mí y darse cuenta de la lágrima que rodaba por mi mejilla.

Él cree que lloraba por la majestuosidad del paisaje en una fotografía de la revista NatGeo, un paisaje hermoso, que había captado su atención esa mañana y le había hecho sentir pequeño en el planeta. Se equivoca. Y yo... yo sé que no fue el destino, sino una decisión.

Cada pequeña decisión que tomamos crea un efecto mariposa tanto en nuestra vida como en la de los demás. Conocer a Ben fue un efecto mariposa. Mantenerlo en mi vida, fue una decisión que tomé con un café y una charla.

Debí pensarlo mejor, debí pensar en decisiones pasadas y cómo afectarían mi vida. Debí pensar en la persona que me enseñó a no creer en el destino, sino hacer que las cosas pasen.

Dereck es lo opuesto a Ben, más bien reservado, poco conversador, tiene un selecto grupo de personas con las que se siente cómodo y parece relajarse. Yo no era una de ellas. No es idealista del destino y le gusta que todo en su vida privada se mantenga de ese modo. Dereck era mucho mas peligroso de lo que pensaba, pero al final...  el misterio vuelve locas a las adolescentes y yo no era la excepción.

Es 4 años mayor que yo y estaba totalmente loca por él a los 14. Claro que a esa edad 4 años hacen una gran diferencia.

Cuando tenía 14 años Rick Hunter me hizo la promesa de que tomaría una decisión consciente cuando fuera el momento... No es que este dispuesto a cumplir su promesa; especialmente porque no lo veo desde que hizo esa promesa hace 10 años.

Estoy más que segura de que olvidé ese amor tonto adolescente aun si tuviera que volver a verlo, no es como si pensara en el "qué hubiera sido" todo el tiempo, de hecho no recordaba esa promesa hasta que la trajo a colación, así que no corro peligro de caer en su juego, ¿o si?

¿Cómo pones al hombre perfecto contra el hombre de tus sueños, y lo conviertes en una pelea justa? 

Destino o CausalidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora