Prólogo

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Editado 09/05/2017
Moodboard por mí.
580 palabras.

—Louise, cariño ¿no prefieres usar un vestido?— dijo Marie al ver que su hija de seis años usaba una camiseta de fútbol y un short con un estampado de autos de carreras.

La pequeña se limitó a negar con su cabecita.

—Es que esa es ropa para los niños, no para las niñas— la niña ladeó un poco su cabeza, su papi le había dicho que se veía preciosa usando esa ropa ¿no era verdad?

—A mi papi le gusta.

—Pero... ¡esa ropa no es para niñas! ¡Sólo los hombres pueden usarla! — había gritado su madre. Dio un pequeño salto, asustada. Su mami le quitaba su ropa preferida sin ningún cuidado, rompiendo las costuras y arrojándolas con rabia al suelo.

—Marie, ¡basta!— Su padre bajó corriendo las escaleras, tomando a su hija en brazos y apartándola de su mujer.

(...)

—No— su voz había salido de golpe, con un tono de voz serio y autoritario.

—Des, deja que ella haga lo que quiera. No es nada malo— Anne trataba de convencer a su esposo de dejar a su pequeña hija leer sus cómics de súper héroes.

—He dicho que no mujer— Des Styles se levantó echando humo de la mesa— ¿No entiendes que eso es para hombrecitos? ¿Es que acaso quieres que tu hija se vuelva una de esas asquerosas mujeres? — dijo su padre, antes acercarse hasta su madre y propinarle una cachetada.

Harriet observaba la escena con terror, mientras se refugiaba en los brazos de su hermana mayor.

(...)

—¡Marie, he dicho que pares!— dijo Troy alejando a su esposa de su hija. La niña sólo lloraba, mientras sus padres tenían una fuerte discusión.

Platos y vasos volaban por la sala, haciendo sonidos espantosos, a los odios de la ojiazul, cuando se estrellaban.

—Ella no será una machorra Troy— escupió con asco —No mi hija, no.

—¿Estás escuchando siquiera lo que dices? Es estúpido, Marie. Tu hija ni siquiera tiene la edad suficiente para decidir sus gustos, pero cuando la tenga ella será lo que tenga que ser— dijo Troy igual de asqueado por las palabras de su mujer —Así que, por favor, si no respetas los gustos de tu hija, será mejor que te marches.

(...)

—Des, ya basta— los ojos de la señora Styles estaban llenos de lágrimas, que amenazaban con salir.

—¿No te importa que tu hija esté enferma? Bien. Me voy y ni siquiera pienses en buscarme de nuevo, porque yo ya no soy tu esposo y menos el padre de esa mocosa— salió de la casa totalmente fuera de sí. Solo se oyó un portazo, seguido del sonido del motor de la camioneta familiar siendo encendido.

(...)

—¿Sabes algo Troy? Tú y tu maldita hija recibirán su castigo algún día— escupió. Miró de reojo a su niña y se hincó junto a ella —¿Me oyes, Louise? Lo que estás haciendo está jodidamente mal, y Dios te hará pagar por esto.

—Largo.

La mujer de cabello rubio se levantó del suelo rápidamente y le dio una mala mirada a su marido.

—¿No me has oído?

Negó con su cabeza mientras murmuraba algo en voz baja, tomó su bolso y salió de la casa.

—Todo estará bien— abrazó a la pequeña con fuerza —Siempre voy a estar contigo, ¿oíste? Te amo, Lou.

(...)

—Ya pasó— cargó a la niña en brazos y besó su frente con delicadeza. Su hija mayor se acercó a ella y la abrazó por la cintura —A partir de hoy, solo seremos nosotras tres. Las amo, niñas.

Editando la historia por cuarta vez.

Carlet x.

El Techo; larriet. (Cancelada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora