•Capitulo III•

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Ya se había hecho de noche aspirantes seguían en el lugar esperando a sus capitanes mientras que el joven peligris había recién salido del baño un poco más aliviado

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Ya se había hecho de noche aspirantes seguían en el lugar esperando a sus capitanes mientras que el joven peligris había recién salido del baño un poco más aliviado.

-¡Hey!- El chico se dio la vuelta para saber de quién era el llamado- Que bueno que te encuentro.

-¿Tu eres la amiga de la chica extraña? ¿No estabas con tu orden?-Pregunto el chico de manera curiosa.

-Primero no es extraña- Respondió la peliroja amenazante logrando que el chico se asustara- segundo sí pero aún no nos vamos, estamos esperando al capitán, así que fui a buscarla pero no la encuentro, pensé que podría estar contigo.

-No la he visto, además de que ya nos tenemos que ir.

-ok, ¿te puedo pedir un favor? más bien es una promesa.

-Ammm... ¿Claro?.

-Bueno le pregunté a ella si estába bien, me dijo que si pero no me convence del todo así que me podrías prometer que la vas a proteger.

-¿Proteger?- El peligris estaba algo confundido por la petición de la peliroja.

-Se que es algo raro que te pida eso, pero es que ella es mi única amiga, además de que no quisiera que vuelva a pasar por lo mismo de hoy, por favor- Suplico la joven.

-¡Claro no te preocupes! Es una promesa y somos compañeros ahora, además de que ella es increíble ¿Te diste cuenta de cuánto poder mágico tiene? ¡Y ella parece agradable! ¡No voy a dejar que nada le pasé!-Exclamó el chico.

-No es necesario gritar tanto- Aclaro con una sonrisa- Bueno, muchas gracias amm...

-Me llamo Asta.

-Muchas gracias Asta, soy Aurel por cierto.

-Muy bien Aurel, así que no te preocupes cumpliré mi promesa, tengo que irme voy a buscar a mi compañera ¡Adiós!- El joven salió corriendo mientras se despedía.

-¡Adiós Asta!.

  En otro lugar del coliseo la joven se sobaba la mejilla debido al dolor del reciente golpe ocasionado por el extraño encapuchado delante de ella

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En otro lugar del coliseo la joven se sobaba la mejilla debido al dolor del reciente golpe ocasionado por el extraño encapuchado delante de ella.

-¿Como fuiste capaz de haber perdido un combate inútil?.

Por tí, Jamás me rendiré [Asta]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora