X1: Missing letter, the day.

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—Ah... ¡Ah! Joder. —El pelinegro movía su mano con rapidez sobre sí mismo, se sentía al borde del orgasmo, ansioso por llegar mientras un trozo de papel reposaba en sus dedos. —T-Taehyung, ah...

Jadeaba en descontrol, con ese nombre resbalando por sus labios de forma pecaminosa y casi inconsciente. Deja la carta reposar sobre las revueltas mantas de su cama y lleva esa mano actualmente libre hasta sus largos cabellos oscuros como el cielo a medianoche, proporcionando tirones.

Muerde sus labios y arquea sus cejas ligeramente hacia arriba, se permite con descaro cerrar sus ojos, para imaginar que la mano que está haciendo que su respiración sea un desastre, no es ni nada más ni nada menos que la de Kim Taehyung.

Oh, ahora sí está a punto de llegar.

Un par de gemidos que pasan de ser rasposos a agudos, un poco más de presión sobre su pene y alzar la cadera al ritmo de su mano derecha, le bastan para llegar a su tan deseado orgasmo. Claro, no sin antes terminar por murmurar ese nombre del maldito adolescente novio de su hermano que le trae loco.

Loco en tantos sentidos...

Loco tal vez por acosarle por las calles sin que se de cuenta, loco por entrar a su cuarto en la madrugada solo para apreciar la belleza tan surrealista de un ser en un descanso profundo.

Loco tal vez por dejarle cartas a diario en la puerta de su casa, a veces con obsequios como rosas o... fotos.

Loco de amor, loco por limerencia tal vez.

Quién sabe, Jimin es solo un loco a ojos de todos, pero a sus propios ojos, es un pobre Romeo reprimido.

Abre sus ojos encontrando la más cruda y cruel realidad, Taehyung no está ahí con él.

Suspira y sonríe satisfecho, por más que su amado no esté ahí, pronto lo estará.

Para siempre.

De momento se conforma con saber que poco a poco está siendo aceptado por su amado, todo lo prueba el dichoso avión de papel, tan lleno de doble sentido, como de amor.

Bueno, a sus ojos está lleno de amor, porque en su mundo, Park Jimin y Kim Taehyung son un nosotros.

Se mantiene tumbado en la cama en pose de estrella, emocionado por todo lo que ocurrirá ese mismo día.

Es el día, es su maldito día para lucirse y demostrar cuánto ama a cierto rubio que vive a dos cuadras.

Tras unos segundos de descanso, se reincorpora muy sutilmente sobre el colchón de su cama y termina por tomar unas servilletas, que por cómo las usa, están dispuestas a tomar toda la sustancia espesa y blanquecina que se ha derramado sobre su abdomen.

Curiosamente, acaba sentado observando su miembro flácido, se hace una que otra pregunta extraña, que le hacen reír internamente.

¿Cómo es que una cosa tan pequeña en comparación a su cuerpo completo, puede proporcionar tanto placer? El cuerpo humano es realmente increíble.

Si tan solo pudiese verlo por dentro, se ahorraría muchas preguntas extrañas.

Bien, decidido a dejar de holgazanear se pone manos a la obra y comienza a vestirse.

Taehyung iba a tener que perdonarle, hoy no encontraría una preciosa carta pulcra y decorada en la puerta, tenía planes mejores para él.

Han pasado unos quince minutos y Jimin está recogiendo su cabello moreno en un moño bajo, para después ponerse una gorra blanca y una chaqueta de plumas negra y gorda. Toma sus llaves y teléfono cuando está dispuesto a salir de casa, pero una llamada le sorprende.

CALIFORNIA    ·    [ hiatus ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora