Nació en una familia de buena posición económica, siendo el primer hijo de los Sindar Levedev, desde ese día toda su vida estaba planeada, su apariencia, alimentación, lo que vestía e incluso las cosas que hacía, seguían un riguroso orden.
Cuando cumplió cinco años, debería haberse presentado como un gamma, pero se presentó como un alfa, para el disgusto de sus padres.
Las situación no mejoró cuando su hermano menor nació, todo se complicó aún más, sin embargo, ya no estaba solo.
A su corta edad, Ryan adoraba a la pequeña bolita caprichosa y llorona que tenía por hermanito.
A lo largo del primer año de Oliver, Ryan sentía el rechazo de sus padres, toda su atención era para el bebé, el máximo caso que le llegaban a hacer, era cuando sus padres estaban ocupados con algo y le encargaban vigilar al bebé.
Sus padres siempre estaban ocupados, los dos niños siempre eran cuidados por una niñera, la cual seguía siempre las ordenes de sus jefes, hasta para dejar a ambos niños jugar era lo que sus padres decían.
A pesar de todo, siempre estaría con su hermanito y juraría protegerlo con su vida para que nada ni nadie le hiciera daño.
Cuando el bebé cumplió dos años, sus padres empezaban a permitirle pequeños acercamientos, que gradualmente llegaron a permitirle pasar todo el día con él.
Con el paso de los años, ambos hermanos comenzaban a hacerse más cercanos, en todo momento Ryan tenía presente la promesa que se había hecho a sí mismo desde los cinco años.
Cada vez que Oliver hacía algo que era incorrecto según las reglas de la casa, era Ryan quien se culpaba de lo sucedido para que no le pusieran ni un dedo encima a su hermanito.
Los castigos eran cada vez más severos, empezaron con un simple regaño y una advertencia para que no lo hiciera de nuevo, terminando por ser castigos de incluso dejarlo sin comer por todo un día o ser golpeado por su padre.
La primera vez que su padre lo castigó, ni siquiera se molestó en llevarlo a un lugar donde Oliver no los viera, lo hizo justo frente a sus ojos.
El menor de ambos hermanos era demasiado pequeño para estar consciente de lo que su padre le hacía a su hermano.
Hizo de todo con tal de que su hermanito nunca conociera el lado egoísta y cruel que conllevaba ser un Sindar Levedev, incluso se convirtió en un gran mentiroso, porque, hiciera lo que hiciera, nunca podría superar las expectativas que tenían sus padres sobre él.
Ryan repudiaba la personalidad, actitud y forma de ser que tenía su padre, se esforzaba demasiado en ser una buena persona, no quería ser igual a su padre.
Conforme iba creciendo, nada le parecía ya correcto, todos sus esfuerzos por no ser igual a su padre eran en vano, de una u otra forma, siempre terminaba sacando su ira y frustración con lo que fuera.
Si, Ryan tenía serios problemas para controlar su ira, a tal grado que varias veces su lobo se le salía de control.
Y con el paso de los años, sus problemas de ira iban en aumento. Mientras más se esforzaba por no ser como su padre, más parecido era a él.
La primera vez que su lobo se salió de control, tenía diecisiete años, estaba en su habitación, después de un castigo de su padre, estaba demasiado molesto, que ni siquiera pudo ver que su hermano menor entró.
Estaba en tal descontrol que accidentalmente hirió el brazo izquierdo de su hermano menor, causando que este soltara un chillido de dolor, alertando a sus padres, quienes lo sacaron de ahí de inmediato.
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Whistles And Blows
Fanfiction¿Quién diría que un alfa que parece omega y un omega mamado terminarían juntos?