NUESTRA ÚLTIMA HISTORIA

CAPÍTULO OCHO

—Y eso es todo lo que sucedió durante el tiempo que viví con la familia Hellar —suspiro después de unas largas horas de conversación con Elían, lo miro de reojo y sigue sin tener ninguna expresión 

—Entonces ahora él quiere volver por ti después de dos años de desaparecerse —señala metiéndose dos gomitas a su boca mientras caminamos hacia casa después de clases

—No — respondo de inmediato —o quizá si — ojalá, pienso —seguramente tiene más razones para estar aquí

—¿Él fue quien creíste que nos estaba siguiendo?

—Exactamente 

—Dile que tiene un bonito auto —dice riendo —¿Qué piensas hacer?

—No lo sé sabes, todo es muy confuso y realmente prefería decírtelo todo antes de que algo más pase. No quiero mentirte, no he podido dejarlo atrás, siempre ha sido él al único que pienso todo el tiempo, con el único que me imagino un futuro y —paro y tomo aire —lo siento

—Esta bien, no muchas personas son tan valientes de hacer lo que acabas de hacer, a muchas personas les gusta seguir teniendo la atención del chico ¿sabes?

—Se nota que te has topado con muy poca decencia humana —le respondo divertida 

—Lo sé — ríe de nuevo —es por eso que me gustabas, bueno me gustas, bueno tu entiendes —también río  

[Hace un tiempo]

—Es un asco que me estén saliendo tantos granitos en la cara —habla Driss mirándose una vez más al espejo

—Sigues viéndote igual de bien le respondo desde su cama mientras juego con su cubo de Rubik

—Me lo dices solo para que no me sienta mal

—No es cierto —le repito— y agradece que no te están saliendo tantos como a mi hermano

—Bueno vámonos ya —me grita tirándome sus lentes de sol a la cara —Oye ¿Tus hermanos seguirán yendo a su abuela aun cuando vivan con sus papás de nuevo? —inquiere mientras bajamos las escaleras—porque si es así, podre seguir yendo a tu casa o tu venir aquí los fines de semana.

—Supongo que sí, ya se les hizo costumbre y a mí, pasármela bien contigo.

—Que esperabas, soy maravilloso —responde sonriente

Durante el camino al cine, Driss me compra un helado y vamos conversando en como haremos para seguir viéndonos seguido, calculamos cuanto tiempo hace de casa de mis padres a la de sus abuelos. En cuanto llegamos él hace la fila para comprar los boletos, mientras yo me siento en una de las sillas

—La película se llama Rio —me dice extendiéndome los boletos para que vea los asientos

—¿Dran? ¿qué haces aquí? —inquiere una chica que parece de la misma edad que Driss—¿estás con tu hermanita? —sigue la castaña a mi costado, tiene el cuerpo muy desarrollado para una niña de su edad, pero mantiene la cara de niña

—Hola Angela —le extiende la mano en saludo, la muchacha, aunque le parece extraño la recibe —no es mi hermanita, es mi amiga —me coge de la mano forzándome a pararme

—Mucho gusto, soy April —respondo sonriéndole a la muchacha, esta me agarra la mano en saludo

—Ya nos vamos Angela, un gusto —dice Driss en un tono amable pero cortante

—¿Los puedo acompañar? van a ver la misma película que yo —señala los boletos en mi mano

—No, pero igualmente muchas gracias —responde Driss, por mi parte me despido con la mano muy sonriente