Kiss me now that i'm older [Riquelme y Aimar]

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[[hola akaj esto no es necesario que lo lean aporta poco y nada a la trama y nisiquiera es de la pareja principal, solo está porque me nació del corazon]]  🔞  [[pueden saltarse hasta al separador casi al final que hay un párrafo boludo

buscando un momento de intimidad en medio de la fiesta, se movieron sigilosamente hacia el baño de la casa crrando tras de ellos la puerta , sumergiéndose en un espacio más íntimo y apartado toda esa gente que la verdad ninguno de los dos conocía. La música resonaba levemente en el fondo, creando una atmósfera intima mientras sus miradas se encontraban.

Javier estaba sentado encima de la mesada de mármol blanco junto a la bacha, mientras que el mayor estaba acorralandolo con sus dos brazos a cada costado suyo quedando frente a frente, con una sonrisa cómplice dibujada en sus labios. La tensión era palpable, y ambos sabían que habían cruzado una línea que ya no había vuelta atrás.

Javi, tomando la iniciativa, rompió el silencio con voz ronca y cargada de deseo: -Che, Martín, parece que mucho bla bla pero al final no activas un carajo- Martín, con una mirada llena de lujuria he incluso algo de "bronca", se acercó lentamente a Javi, rozando sus cuerpos y provocando escalofríos de excitación en ambos. -Vos decime, Javi, ¿qué estás dispuesto a hacer para divertirte?-

Sin apartar la mirada de Martín, dejó escapar una risa traviesa mientras sus manos se deslizaban por el cuello desabrochado de la camisa del rubio. -Creo que estoy dispuesto a hacer cualquier cosa que vos me propongas hoy, pero no te acostumbres eh- Sintiendo la electricidad entre ellos, atrapó los labios de Javi en un beso ardiente y hambriento mezclando el Fernet y el vodka que los dos chicos habían tomado esa noche. Sus labios se movían con una pasión desenfrenada, explorando cada recoveco y desatando un fuego interior imparable. Sus cuerpos se presionaban uno contra el otro, sin poder resistirse a la atracción que los envolvía.

Las manos de Javi recorrieron el torso de Martín, acariciando suavemente su piel y dejando un rastro de fuego en su camino. Martín respondió con susurros provocativos, provocando gemidos ahogados en la boca de Javi. La intensidad aumentaba con cada roce, cada caricia, y el deseo que los consumía se volvía más incontrolable. Aunque a decir verdad el menor comenzaba a desesperarse, necesitaba que Martin no le quite las manos de encima pero no un segundo.

Las manos del rubio era grandes y tenías un agarre bastante fuerte a decir verdad, el morocho solo podía desear en Martin manoseandolo, queria que no se acabará nunca. Entre besos bruscos y fogosos, Javi logró articular palabras entrecortadas. -Martín, esto..Me encanta- un gemido más fuerte salió de sus labios cuando el mayor apretó con fuerza su trasero y llevo todo el cuerpo para delante haciendo que sus caderas hagan presión entre ellas.

Martín, con una sonrisa traviesa en sus labios, susurró al oído de Javi -si así te pones ahora no puedo ni imaginarme cómo vas a estar en un rato- metió sus manos heladas debajo de la remera de Javi acariciando su espalda baja y su trasero enviando escalofríos por toda su espalda.

Sin más palabras, se entregaron por completo al deseo desenfrenado. La ropa se desprendió, liberando sus cuerpos ansiosos. Las manos exploradoras se movían con destreza, acariciando, apretando y descubriendo los secretos ocultos de la piel del otro. Javi deslizó sus manos por el torso esculpido de Martín, saboreando cada músculo, mientras Martín se perdía en la suavidad de la piel de Javi, dejando un rastro de besos ardientes

El baño se llenó de gemidos y susurros entrelazados, creando una sinfonía de placer y lujuria. Martin empujó al chico contra el .Las manos expertas de Martin se aventuraron más allá, explorando cada rincón íntimo de Javier, preparándolo. Cada caricia era una promesa de placer infinito, llevándolo al borde del éxtasis.

Javier se arqueó bajo el tacto de Javi, entregándose, de forma algo egoísta, completamente a las sensaciones que lo envolvían.

Entre jadeos y suspiros, Javi se encontró susurrando al oído de Martin de forma frenética y repetitiva una sola palabra "más"

Esto parecía sacado de una fantasía, incapaz de contener la emoción el mayor solo atinó a callar los pedidos con un beso bruto y necesitado, uno que le arrancó un gemido de puro placer a los dos. Con los ojos brillando de anticipación ambos se miraron como pidiéndose permiso para continuar a lo que el menor asintió tironeando un poco del cabello del rubio.

En ese baño, entre susurros y gemidos, descubrieron un nuevo mundo de placer y complicidad. Y mientras la fiesta continuaba afuera, ellos se sumergieron en un remolino de de sensaciones, dejando que el deseo los guiara hacia caminos desconocidos, sin preocuparse por lo que vendría después. Porque en ese momento, solo existían ellos dos, entregados al fuego que ardía entre sus cuerpos y al deseo que aparentemente los consumía. se exploraban mutuamente, llevando su deseo al límite una y otra vez. Cada suspiro, cada roce, aumentaba la intensidad de su pasión desenfrenada. Las miradas cargadas de deseo y complicidad se encontraban en medio del éxtasis, conectando profundo y especial.

No había muchas más palabras entre ellos, solo el lenguaje de sus cuerpos y el deseo que hablaba por sí mismo. Javi se aferraba a Martín, buscando los dos en el otro una satisfacción que no iba más allá de lo físico. Los besos se volvían más ardientes y demandantes, como si quisieran expresar todo lo que no podían decir por el momento con palabras. Cada beso era una promesa de complicidad.

El clímax les llegó con una intensidad arrolladora, haciéndolos estremecer y perderse en un mar de sensaciones indescriptibles. Dejando que el placer los inundara por completo. Juntos alcanzaron el éxtasis, desatando un torrente de emociones y liberando toda la tensión acumulada.

Después de ese momento de intimidad, se quedaron en el silencio del baño, recuperando el aliento y dejando que la calma invadiera sus cuerpos. Las sonrisas cómplices adornaban sus rostros, mientras compartían miradas llenas de complicidad y pasión. Sabían que lo que habían vivido era algo especial, un instante fugaz.

Finalmente, salieron del baño, volviendo al bullicio de la fiesta que continuaba afuera. Aunque sabían que no querian estar juntos de otra forma por el momento se llevaron con ellos ese momento de intimidad y conexión que habían compartido con sonrisa aquel encuentro secreto, guardando en sus corazones el recuerdo de ese fuego que los consumió y los hizo sentir tan bien.

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Román y Pablo caminaban por toda la casa buscando a sus amigos, creeian haberlos visto por última vez en la cocina pero al llegar notaron que no estaban.

Buscaron en el patio, tal vez los habían ido a buscar ellos primero, pero nada. También buscaron por la vereda, el living incluso algunas habitaciones, pero nada.

Llegaron a la conclusión de que se habían ido sin ellos, cosa que la verdad no les molestaba en absoluto.