El mundo es un sueño.
¿Qué me has hecho?
Nai recuerda haber imaginado a su hermano haciéndole esta pregunta, la forma en que solía tener miedo de decirle la verdad. Ahora se da cuenta de que no sabe cuál es esa verdad.
Sus recuerdos son vagos. Vienen en destellos mientras corre por el bosque, interminables y angostos a la vez. Se siente como si estuviera corriendo en el mismo lugar. Dondequiera que mira parece idéntico. Excava en su mente, encontrando solo fragmentos del viejo mundo, fragmentos de comprensión.
Dolor. El choque.
Los humanos. Herir.
Las plantas. Justicia.
Hogar. ¿Dónde?
Vash.
El corte. Su pecho.
Su hermano,
alejándose de él.
Nai está construido de pavor. Tiene arcadas, sin regurgitar nada. Él no necesita comida, siempre lo ha sabido, una cosa segura. Pero ahora se da cuenta de que nunca ha visto a Vash comer en todo su tiempo aquí. Su corazón late más fuerte, empujando hacia arriba en su garganta, corriendo fuera de sus oídos. Nai no quiere esto, odia este despertar mientras descubre todos los agujeros en su mente.
Sigue corriendo, sin llegar a ninguna parte. Cuando se detiene, se encuentra en el claro donde vio a su hermano por primera vez, viéndolo despertar en su nuevo mundo. Cruza el valle, solo para encontrarse de nuevo en su borde. La claridad vuelve a bañarlo, una lluvia de cuchillas cortando su piel y abriéndolo.
Cuchillas, cuchillos.
Él deja de moverse. Siente algo en la garganta, algo fuerte, algo frío y amargo. Y entonces Vash está allí, acercándose por detrás, lento y cuidadoso, como acercándose a un animal salvaje.
"¿Qué es esto?", intenta de nuevo. —"Vash, dime."
"Nai, escúchame, yo—"
"DIME, VASH. ¿¡QUÉ ES ÉSTO!?
¿¡QUÉ SOY YO!?
No sabe si lo ruge es a través del estrecho claro o si lo escucha como un trueno en su cráneo. ¿Qué soy yo?
Nai comienza a temblar de nuevo cuando sus rodillas tocan el suelo, impotente.
¿Paraíso? ¿Nuevo mundo?
Nai agarra sus sienes, los dedos se clavan en su cuero cabelludo como si pudiera quitarse la piel de los huesos.
Qué tonto, qué patético. ¿Pensar que les había ganado un lugar para existir? ¿Una casa?
Él no está completo. Él no puede estarlo. Lo siente ahora, la grieta dentro de él, el desgarro en su alma. Es un fragmento de sí mismo, hecho de fragmentos que quedaron atrás.
Pero, ¿Detrás de qué?
¿Cuánto tiempo ha estado aquí, disfrutando de esta vida con su hermano, maravillándose del mundo que lo rodea, sin siquiera saber cómo llegó? Piensa en la sangre en la piel de Vash, piensa en la forma en que manipulaba las enredaderas, en lo familiar que se sentía. Recuerda los brazos de metal frío, la forma en que desgarraron a su hermano, a sí mismo, provocando dolor y sin placer. Recuerda haber entrado en la mente de Vash: una invasión, ahora comprende mejor esta ironía. Recuerda que trató de rehacer a su hermano y fracasó terriblemente, fallando en su propio borrado.
Sus ojos se disparan, la cara mojada con lágrimas que no se dió cuenta de que se habían soltado. Cuando se atreve a mirar a Vash desde el otro lado de él, ve que la expresión de su hermano se desmorona, pero es una mirada de conocimiento. Lleva la misma ropa que tenía puesta cuando se despertó, la tela oscura fresca e intacta. Su cabello dorado es corto, ni siquiera pasa de las orejas. Vash se ve exactamente igual que cuando Nai lo encontró.
La realización se escurre una vez más, las gotas de lluvia se deslizan de un pétalo hasta que se convierte en una gran cascada que se estrella contra él y lo inmoviliza contra el suelo.
Nai ya no está. El que está aquí, había sido reconstruido de alguna manera, con fragmentos perdidos, mantenido en este pequeño espejismo, hechizado con un mundo vasto y maravilloso cuando todo lo que realmente tiene es un trozo de hierba en un bosque sin terminar.
"¿Qué estoy haciendo aquí?" Su voz suena hueca ahora, exhausto por todos los gemidos y el estremecimiento de sus huesos. "¿Qué soy yo?"
"Nai, eres mi hermano. Escúchame, eres mi Nai, mi gemelo."
"Deja de mentirme."
"Nai", sin contener más sus sollozos, el torso de Vash tartamudea mientras recupera el aliento y cae de rodillas. "Lo siento mucho, N-nai, por favor. ."
"Mantenerme aquí... ¿para qué?" Nai se pone de pie, da pasos pesados hacia adelante hasta que se eleva justo sobre Vash. Se inclina para agarrar los hombros de su hermano y sacudirlo desesperadamente con cada pregunta, las pupilas hinchadas y desenfocadas, la voz quebrada por la desesperación.
"¿Para qué? ¿Para jugar contigo?
Vash gime en su agarre, gritando el nombre de su gemelo una y otra vez como si todas las demás palabras lo hubieran dejado. Empuja las manos de Nai para pasar sus brazos alrededor de los hombros de su hermano, lo abraza con fuerza incluso cuando Nai lucha por quitárselo de encima.
"¿Para qué? ¡Respóndeme, Vash!" Cuando deja de intentar quitarse el cuerpo de encima, su voz se vuelve fría. "¿Para follarte? ¿Es así? ¿No vendrías a mí en vida, así que guardas esta parte de mí para ti?"
Vash solo puede sollozar más fuerte, apretarlo más fuerte.
La mente de Nai está sumida en el caos, convirtiéndolo en un desastre. Puede sentir un desmoronamiento dentro de él, los buitres dando vueltas alrededor de su cáscara vacía. Quiere volver a los días de dicha, a la certeza de su totalidad, posible sólo con su hermano a su lado. Quiere sostener la vida en sus manos y ver solo magia, quiere llamar a la tierra y deleitarse con sus maravillas sin el roer dentro de él que grita que necesita cortar. Matar antes de que le desgarren y lo dejen en pedazos, muerto. Quiere amar sin obstáculos.
También quiere ser real para Vash, lo necesita como el aire. Decirle que están en casa.
¿Por qué duele así? ¿Por qué no puede continuar?
¿Por qué debe doler cuando estoy hecho de fragmentos?
¿Qué significa cuando, a pesar de los vacíos en su mente, siente que esto es todo lo que alguna vez fué? ¿Desmoronándose ante su gemelo, rogando a los dioses, a las estrellas y a la luna que la otra mitad de su alma finalmente le perteneciera?
La luna.
Y Nai escucha la pregunta de Vash de esa noche en la playa, antes de que su hermano le ofreciera su cuerpo. Su corazón había sido desgarrado tan ciego. Lo hace reír entre lágrimas contra el cuello de su hermano, sin alegría. Él recuerda.
Dos hermanos, dos partes de una misma alma, alas de marfil y obsidiana chocando en el cielo. El rostro surcado por lágrimas de Vash cuando se gira hacia Nai. Un gran fuego en sus manos. ¿Desde cuándo nos volvimos tan diferentes? La mente de Nai, puro caos.
La masa de energía entre ellos. Necesita agarrarla, soltarla abajo, deshacer el mundo para ambos. Necesita alejarla de Vash, necesita salvarlo de la erupción.
Nai necesita escucharlo reír, necesita besarlo, necesita decirle que lo ama, necesita preguntarle si él también ama a Nai, si alguna vez lo hizo. Él todavía no lo sabe. Necesita tirarlo todo por la borda, necesita sostener a su hermano en sus brazos y nunca soltarlo. Nai necesita pertenecerle. Necesitan pertenecer el uno al otro. Ellos son el uno para el otro. El arma celestial de Vash, balanceándose hacia la luna. Una luz cegadora.
Lucha salvaje. Un grito. Carne chamuscada. Dolor
Y luego, nada.
Se pierde su hogar.
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Aquí espero, más allá de los pájaros.
FanfictionEl mundo comienza de nuevo. Un gran bosque cósmico, árboles altísimos y fuera de la vista, un azul inmaculado que atraviesa las ramas entrecruzadas. El canto de los pájaros en el aire, las criaturas susurrando en los arbustos, el viento, un mensajer...